Zedillo y su cinismo: una burla a la realidad mexicana

El expresidente Ernesto Zedillo ha vuelto a exhibir su desprecio por el pueblo mexicano al declarar, en una entrevista reciente, que la reducción de la pobreza en el país durante la administración de Andrés Manuel López Obrador se debe, en parte, al fallecimiento de los más pobres durante la pandemia del COVID-19. Esta afirmación, hecha con una sonrisa burlona, no sólo es un desplante de cinismo, sino un reflejo del pensamiento insensible y elitista de los gobiernos neoliberales que, durante décadas, despreciaron a las clases más vulnerables de México. Este es el verdadero rostro de la derecha mexicana, uno que pretende ignorar los avances logrados por un gobierno comprometido con las causas populares.

El video de esta entrevista, donde la economista Viri Ríos confronta a Zedillo, fue mostrado por el presidente López Obrador durante su conferencia mañanera, evidenciando el descaro con el que el exmandatario priista hace una lectura sesgada y errónea de los avances sociales de los últimos años. Según Zedillo, los pobres que salieron de la pobreza lo hicieron por dos razones: las remesas enviadas desde Estados Unidos y, con total falta de respeto por la tragedia humana, el fallecimiento de personas en condiciones de pobreza a causa de la pandemia.

Esta declaración no solo es falsa, sino profundamente insultante. ¿Cómo es posible que alguien que ha ocupado la presidencia de México, un puesto que debería representar el mayor compromiso con el bienestar del pueblo, se burle de una de las tragedias más grandes que ha enfrentado el país en décadas? El COVID-19 afectó a millones de familias mexicanas, y muchos de los que perdieron la vida eran aquellos que menos recursos tenían para enfrentar la crisis sanitaria. Zedillo, con su risa cínica, reduce esa tragedia a una estadística conveniente para justificar una narrativa vacía.

La respuesta de López Obrador no se hizo esperar. “O sea, se redujo la pobreza porque se murieron los mexicanos pobres en la pandemia, pero en la risa cínica de este corrupto”, señaló con toda claridad el presidente, quien además hizo hincapié en el legado de corrupción y desigualdad que dejó Zedillo tras su mandato. Cabe recordar que Ernesto Zedillo, al igual que otros expresidentes priistas y panistas, fue responsable de profundizar el modelo neoliberal en México, un modelo que durante más de tres décadas incrementó las brechas sociales, generando mayor pobreza y concentrando la riqueza en unas cuantas manos.

Afortunadamente, la opinión pública cuenta con voces críticas como la de Viri Ríos, quien en su columna “Zedillo miente” desmantela punto por punto las falacias del expresidente. La economista, respaldada por investigaciones serias, deja en claro que la reducción de la pobreza bajo el mandato de López Obrador no tiene que ver con las remesas o con una cruel selección natural durante la pandemia, sino con políticas concretas que han mejorado el ingreso de las y los trabajadores mexicanos. De hecho, los economistas Gómez y Munguía, citados por Ríos, sostienen que el 80% de la reducción de la pobreza en México se debe a un incremento en el ingreso laboral, impulsado por políticas progresistas que han dado prioridad al bienestar de la gente.

Es importante destacar que uno de los pilares del gobierno de la Cuarta Transformación ha sido precisamente el apoyo a los sectores más vulnerables a través de programas sociales como la pensión universal para adultos mayores, las becas para jóvenes, y el aumento del salario mínimo. Estas acciones han permitido que millones de mexicanos puedan mejorar su calidad de vida sin depender exclusivamente de factores externos, como las remesas, que Zedillo menciona como uno de los pocos factores que atribuye a la reducción de la pobreza.

Al afirmar que el fallecimiento de los más pobres redujo la pobreza, Zedillo muestra una desconexión total con la realidad del país. No solo porque su comentario es insensible y doloroso, sino porque refleja una completa falta de comprensión de lo que ha sido el verdadero motor de cambio en los últimos años. México ha experimentado un cambio profundo bajo el liderazgo de AMLO, un cambio que ha sido posible gracias a la implementación de políticas económicas que benefician a los más necesitados y no a las élites económicas, como sucedió durante los gobiernos priistas y panistas.

Es aquí donde radica la diferencia fundamental entre los gobiernos de la derecha y la administración actual. Mientras que figuras como Zedillo representan un México de exclusión, donde las grandes mayorías eran relegadas a vivir en condiciones de miseria, la Cuarta Transformación está construyendo un país más justo, donde se reconocen los derechos de todos y no solo los privilegios de unos cuantos. Esto no es una cuestión de retórica, es una realidad palpable, respaldada por cifras y datos que demuestran cómo millones de personas han salido de la pobreza en este sexenio.

Zedillo, como muchos otros expresidentes, no ha sido capaz de aceptar que los modelos neoliberales que promovieron fueron un fracaso rotundo para el bienestar del pueblo mexicano. En lugar de reconocer los errores de su mandato y el daño que causaron a generaciones enteras, prefiere lanzar comentarios sarcásticos y ofensivos, subestimando los logros que México ha conseguido bajo un gobierno verdaderamente comprometido con el bienestar de su gente.

El presidente López Obrador ha sido claro al señalar que las críticas de Zedillo, como las de otros miembros de la vieja guardia política, son parte de un intento desesperado por deslegitimar los avances de la Cuarta Transformación. Sin embargo, estas voces carecen de credibilidad cuando contrastan con los hechos. Durante su sexenio, el pueblo ha visto cómo el gobierno ha dejado de ser un instrumento al servicio de los poderosos para convertirse en un defensor de las causas populares.

La reducción de la pobreza en México no se explica por tragedias, ni por factores externos. Se explica por un proyecto de nación que pone en el centro de su política económica a los más vulnerables, asegurando que todos tengan acceso a una vida digna. Los comentarios de Zedillo son una afrenta no solo a las víctimas de la pandemia, sino a todo el pueblo de México que ha luchado por construir un futuro mejor, lejos de las garras del neoliberalismo.

Es fundamental seguir defendiendo los logros alcanzados y no permitir que personajes como Ernesto Zedillo intenten distorsionar la realidad con su retórica vacía y deshonesta. En lugar de burlarse del dolor ajeno, debería reflexionar sobre el legado que dejó su gobierno y cómo las decisiones que tomó condenaron a millones de mexicanos a la pobreza. Por fortuna, hoy tenemos un presidente que no se ríe de la tragedia, sino que trabaja todos los días para asegurar que México avance hacia un futuro más justo y equitativo.