Xóchitl Gálvez: Entre Acusaciones Infundadas y Estrategias Desesperadas

En el escenario político actual de México, resulta imprescindible analizar las recientes declaraciones de Xóchitl Gálvez Ruiz, candidata presidencial del PRI, PAN y PRD. Sus acusaciones contra Roy Campos, presidente de Consulta Mitofsky, y Claudia Sheinbaum, candidata de Morena, PT y PVEM, evidencian una táctica recurrente y desesperada de la oposición: el lanzamiento de afirmaciones sin sustento, en un intento por desacreditar a sus adversarios políticos.

Durante su participación en el programa “Por la Mañana” con Ciro Gómez Leyva, Gálvez insinuó que Campos y Consulta Mitofsky tienen un contrato de colaboración con Sheinbaum, alegando que esto explicaría la ventaja de la morenista en las encuestas. Sin embargo, Gálvez no presentó prueba alguna que respalde sus afirmaciones, lo que deja sus palabras en el aire, carentes de credibilidad.

La acusación de un supuesto contrato de 10 millones de pesos entre Roy Campos y Claudia Sheinbaum para favorecer las encuestas, sin pruebas, es un reflejo de la tradicional política de difamación y desinformación, típica de los partidos tradicionales como el PRI, PAN y PRD. Es alarmante cómo Gálvez, al no presentar evidencia concreta, se suma a esta dinámica destructiva, donde la difamación reemplaza al debate constructivo y basado en hechos.

Por otro lado, la confianza de Gálvez en la encuesta de México Elige, propiedad de su publicista Aldo Campuzano, que la sitúa a 10 puntos de Sheinbaum, sugiere un claro conflicto de intereses. Es crucial cuestionar la objetividad de una encuesta realizada por una empresa vinculada directamente a la candidata. Esta conexión directa con su asesor y publicista, Aldo Hiram Campuzano Rivera, y la encuestadora México Elige, refuerza la percepción de una estrategia de publicidad parcial y sesgada.

Además, la reciente encuesta de Mitofsky, que desató el enojo de Gálvez, muestra una preferencia del 61% para Sheinbaum, frente al 32.4% para Gálvez. Esta significativa diferencia podría interpretarse como un reflejo del apoyo popular a las políticas y dirección del actual gobierno y Morena, y no como resultado de una supuesta manipulación.

En este contexto, resulta importante destacar la trayectoria de Roy Campos, quien ha mostrado simpatía por la oposición en sus análisis políticos. Esta actitud contradice las acusaciones de Gálvez y sugiere una falta de fundamento en sus afirmaciones.

Finalmente, cabe resaltar que este tipo de declaraciones por parte de Gálvez y la oposición no son más que estrategias para desviar la atención de los verdaderos problemas y logros del país bajo la administración actual. El enfoque debería estar en debatir y trabajar en pro de soluciones reales para los ciudadanos, en lugar de perderse en acusaciones infundadas que solo buscan socavar la confianza en las instituciones y procesos democráticos.

En conclusión, la política mexicana merece un nivel de debate más elevado, basado en hechos, argumentos sólidos y propuestas constructivas, lejos de las estrategias de difamación y desesperación de la oposición. Es hora de priorizar el bienestar del país y sus ciudadanos por encima de intereses partidistas y campañas de desinformación.