Verifican Muerte de Peces en Chapala: No Hay Riesgo Ambiental Generalizado

Guadalajara, Jal.— Luego de la denuncia sobre la mortandad de miles de peces en el Lago de Chapala, reportada a finales de mayo por medios y redes sociales, autoridades ambientales realizaron un recorrido de verificación en la comunidad de Ajijic, concluyendo que se trata de un hecho aislado, sin evidencia de una crisis ecológica generalizada.

La Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa), en coordinación con el gobierno municipal de Chapala, inspeccionó la zona conocida como Las Seis Esquinas, donde se reportaron los peces muertos. Durante la visita, el personal halló once ejemplares, aparentemente tilapias, en avanzado estado de descomposición. La inspección, detalló la dependencia, se realizó en dos ubicaciones distintas del área ribereña.

Como parte del protocolo, la Proepa giró oficios tanto a la Comisión Estatal del Agua (CEA) como a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), con el fin de que se lleven a cabo las investigaciones correspondientes. A pesar de que ambas dependencias fueron consultadas previamente sobre el tema, fue hasta ahora, a través de un boletín de la Proepa, que se emitió una postura oficial.

En el marco de la inspección, autoridades locales y pescadores de municipios ribereños como Jamay, Tuxcueca, Poncitlán, Ocotlán y Tizapán El Alto informaron que no se han presentado incidentes similares en sus respectivas comunidades. Este testimonio colectivo refuerza la hipótesis de que la mortandad no responde a un problema ambiental sistémico.

Sin embargo, ambientalistas señalaron que este tipo de eventos son comunes al inicio de la temporada de lluvias, debido al escurrimiento de pesticidas provenientes de las zonas agrícolas ubicadas a lo largo del cauce del río Lerma. Este afluente, que se origina en el Estado de México y desemboca en el Lago de Chapala, transporta residuos tóxicos que, al mezclarse con las aguas ya contaminadas por descargas urbanas e industriales de siete municipios jaliscienses y tres michoacanos, agravan el deterioro ecológico del cuerpo de agua más grande de México.

Por otra parte, pescadores locales, quienes solicitaron el anonimato por temor a represalias, denunciaron el uso intensificado de redes ilegales conocidas como “mangueadoras”. Estas redes, que pueden alcanzar hasta 200 metros de longitud y hasta cuatro metros de profundidad, son tendidas especialmente durante la noche. Su uso indiscriminado captura peces de todas las especies y tamaños, incluyendo aquellos en veda o de valor comercial nulo, que posteriormente son desechados, contribuyendo a la presencia de ejemplares muertos en las orillas.

A pesar de que las autoridades descartan un daño ecológico mayor por el momento, el caso ha puesto en evidencia la necesidad de reforzar la vigilancia ambiental en la zona, así como de atender los factores estructurales que amenazan la salud del Lago de Chapala, cuya importancia ecológica y social es fundamental para la región occidente del país.