UNAM avanza hacia la dignificación de técnicos académicos: Propuestas y desafíos

Tras más de 30 años de exigencias por parte de los técnicos académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la actual administración encabezada por el rector Leonardo Lomelí ha dado un paso crucial hacia su reconocimiento con una propuesta formal que aborda algunas demandas laborales históricas. Esta iniciativa beneficia a más de 4,600 técnicos académicos, al permitirles participar en concursos para profesor o investigador de tiempo completo sin perder sus derechos laborales, así como acceder a prestaciones como el año sabático y la posibilidad de fungir como tutores de posgrado.

Este avance representa un cambio significativo en la política universitaria hacia este grupo, cuyo papel es fundamental para el desarrollo académico, investigativo y cultural de la máxima casa de estudios. Sin embargo, aunque la propuesta es vista como un avance positivo, los consejeros universitarios Luis Torres Monroy y Esperanza Duarte Escalante han señalado que aún existen áreas pendientes de atención, principalmente relacionadas con el reconocimiento de los técnicos académicos como una figura de carrera y no solo ordinaria.

El pasado 7 de noviembre, los consejeros entregaron una respuesta formal a rectoría, en la cual detallaron sus observaciones y plantearon sus demandas. Entre sus solicitudes se encuentra una mayor claridad en las condiciones para los ascensos de categoría y una reducción de los años de experiencia requeridos para estos procesos. Esta redefinición permitiría a los técnicos académicos aspirar a un crecimiento profesional más equitativo, en línea con sus aportes y experiencia dentro de la institución.

Luis Torres Monroy, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, expuso que uno de los problemas más persistentes es la percepción de subordinación que tienen los técnicos académicos respecto a otras figuras universitarias. A pesar de su experiencia y especialización, no se les permite encabezar proyectos de investigación, lo que limita su desarrollo profesional. Monroy enfatizó que esta situación se ha mantenido durante las administraciones de los rectores Juan Ramón de la Fuente, José Narro y Enrique Graue, quienes ignoraron las peticiones de este sector.

La situación es similar para los técnicos académicos que laboran en el nivel de bachillerato. Elisa García Velasco y Alma López Hernández, representantes de los técnicos de las preparatorias y los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH), señalaron que la propuesta actual no resuelve las particularidades de su situación laboral. Afirmaron que, aunque la iniciativa parece ofrecer mejoras, estas no aplican a todos los técnicos, ya que en el nivel medio superior la mayoría está contratada en niveles auxiliares.

García Velasco expresó su preocupación respecto a la falta de claridad sobre el futuro de estos técnicos si se suprimen ciertas categorías. Por su parte, López Hernández reiteró la necesidad de que se abran más concursos para ascender de nivel, ya que sin estos procesos, los técnicos académicos del bachillerato seguirán siendo marginados y sus funciones ambiguas. Ambas pidieron la instalación de una mesa de trabajo en 2025 para dialogar con las autoridades universitarias y clarificar los puntos pendientes.

La actual administración de Leonardo Lomelí ha mostrado disposición para atender estas demandas y reconocer la importancia de los técnicos académicos. No obstante, los representantes esperan que el diálogo continúe y que se resuelvan los temas que aún generan incertidumbre. La expectativa es que, con voluntad y apertura por parte de las autoridades universitarias, se logre finalmente una dignificación plena y justa para este sector, cuya labor es esencial para el desarrollo integral de la UNAM.

Este paso histórico refleja el compromiso de la universidad con el reconocimiento de todos sus trabajadores y su esfuerzo por construir una comunidad académica más equitativa y profesionalizada.