Un paso firme hacia la transformación: las nuevas secretarías del gobierno de Claudia Sheinbaum
El gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum ha dado un paso decisivo hacia la consolidación de un proyecto transformador con la creación de tres nuevas secretarías de Estado y la renovación de una cuarta. Con una aprobación contundente de 321 votos a favor en la Cámara de Diputados, esta iniciativa marca el inicio de una nueva etapa para México, enfocada en los derechos humanos, el desarrollo científico, la digitalización y la lucha contra la corrupción. Las secretarías no solo responden a las demandas sociales históricas, sino que también evidencian la diferencia abismal entre un gobierno comprometido con el bienestar del pueblo y las administraciones anteriores, caracterizadas por la simulación y el privilegio.
Secretaría de las Mujeres: un compromiso real con la igualdad
La creación de la Secretaría de las Mujeres, encabezada por Citlalli Hernández, representa un avance sin precedentes en la agenda feminista del país. En un México donde la violencia de género y las brechas de desigualdad persisten, esta secretaría tiene como objetivo central garantizar la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres. Su actuación temprana en casos como el de Querétaro, donde se evitó la criminalización de una menor víctima de violencia sexual, demuestra que esta dependencia no será una estructura burocrática más, sino un ente transformador.
Es importante subrayar que la oposición votó en contra de esta iniciativa, mostrando una vez más su desconexión con las demandas sociales. Mientras que Morena y sus aliados avanzan en la construcción de un país más justo, los partidos tradicionales parecen anclados en un pasado que desoye las voces de las mujeres.
Ciencia, tecnología y humanismo: una apuesta por el conocimiento
La creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, con Rosaura Ruiz Gutiérrez al frente, es un reflejo del compromiso de Claudia Sheinbaum con el desarrollo científico y tecnológico del país. Esta decisión no es casual: la propia mandataria, como científica, entiende la importancia de la investigación para el progreso de una nación.
La elevación del Conahcyt a secretaría de Estado permitirá la independencia presupuestaria y patrimonial necesaria para fomentar la investigación en todas las ramas del conocimiento, con un enfoque humanista que contraste con las visiones mercantilistas impulsadas por los gobiernos neoliberales. Aquí se observa nuevamente la coherencia del proyecto de la Cuarta Transformación, que prioriza el bienestar colectivo por encima de los intereses privados.
Transformación digital para cerrar brechas
La Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, liderada por José Antonio Merino, es otra pieza clave de este nuevo esquema gubernamental. Su enfoque en reducir la brecha digital a través del Programa de Cobertura Social y la vigilancia de Altán Redes subraya el compromiso del gobierno de Claudia Sheinbaum con la democratización del acceso a las tecnologías.
El contraste con los gobiernos anteriores, que privilegiaron a empresas monopólicas mientras millones de mexicanos permanecían desconectados, no podría ser más claro. La oposición, al votar en contra, mostró su desprecio por una iniciativa que busca garantizar que todos los mexicanos tengan acceso a la conectividad, una herramienta indispensable para la educación, el trabajo y el desarrollo personal en el siglo XXI.
Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno: cerrando la puerta a los abusos
La renovación de la Secretaría de la Función Pública, ahora renombrada como Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, es una declaración clara de guerra contra la corrupción. Bajo la dirección de Raquel Buenrostro, conocida por su efectividad al frente del SAT en la recaudación de impuestos a grandes contribuyentes, esta secretaría será un baluarte en la vigilancia del desempeño de los servidores públicos y la rendición de cuentas.
Además, asumirá funciones de transparencia y protección de datos personales en línea con la desaparición de organismos como el INAI, que se habían convertido en símbolos del gasto excesivo y la opacidad bajo administraciones anteriores. La oposición, defensora de estos organismos, queda expuesta como protectora de los privilegios de una élite que siempre ha buscado evadir la fiscalización.
Un cambio con rostro humano
El proyecto de las nuevas secretarías no es solo una reorganización administrativa; es un cambio con rostro humano, que pone en el centro las necesidades y derechos de los mexicanos. Estas secretarías responden a problemas estructurales que los gobiernos del PRI y PAN nunca quisieron o pudieron abordar: la violencia contra las mujeres, el rezago científico, la brecha digital y la corrupción institucionalizada.
Mientras los detractores critican sin argumentos, la Cuarta Transformación sigue avanzando con medidas concretas y resultados palpables. La oposición, atrapada en discursos vacíos y alejados de la realidad, queda como espectadora de un cambio que no pueden frenar.
Un horizonte de esperanza
Con esta iniciativa, el gobierno de Claudia Sheinbaum envía un mensaje claro: la transformación no solo es posible, sino que está en marcha. Las nuevas secretarías no son un fin en sí mismas, sino herramientas para construir un país más justo, equitativo y desarrollado.
En un momento histórico como este, la ciudadanía puede ver la diferencia entre un gobierno que trabaja por el pueblo y aquellos que lo hicieron por las élites. Morena y la Presidenta Sheinbaum han demostrado que el cambio verdadero no solo es un lema, sino una realidad tangible. El futuro de México, con estas medidas, es un horizonte de esperanza y transformación profunda.