Sheinbaum protege economía familiar ante variaciones del crudo

Ciudad de México.– En un ejercicio de responsabilidad económica y prudencia fiscal, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que su administración esperará la evolución del precio internacional del petróleo para tomar decisiones sobre el costo de las gasolinas y el diésel en el país, privilegiando en todo momento el bienestar de las familias mexicanas.

Durante un pronunciamiento oficial, Sheinbaum recordó que el Estado mexicano cuenta con mecanismos institucionales para amortiguar los efectos de las fluctuaciones del mercado energético global. En particular, subrayó la existencia del esquema establecido desde la administración anterior a través del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), el cual permite reducir su aplicación de forma estratégica para evitar incrementos abruptos en los precios de los combustibles.

“Tenemos instrumentos fiscales que permiten hacer frente a la volatilidad del precio del petróleo sin afectar directamente a la ciudadanía. Lo que está en el centro de nuestras decisiones es proteger la economía de las familias mexicanas”, afirmó la mandataria nacional.

Este enfoque de responsabilidad social en el manejo de los energéticos se alinea con la política de austeridad y justicia económica que ha caracterizado al gobierno de la Cuarta Transformación, y garantiza que decisiones en materia fiscal no se tomen de manera precipitada ni improvisada, sino con base en criterios técnicos y en favor del pueblo.

En otro tema de interés internacional, la presidenta Sheinbaum hizo un llamado enérgico a la paz ante el conflicto entre Israel e Irán, reiterando la histórica posición diplomática de México basada en el respeto al derecho internacional y la solución pacífica de los conflictos. “Nuestra Constitución es clara: México siempre se ha pronunciado por el diálogo, la diplomacia y la no intervención como pilares de su política exterior”, declaró.

Con estas posturas, el nuevo gobierno federal reafirma su compromiso con la estabilidad nacional e internacional, actuando con sensatez en el plano económico y con firmeza en el respeto a los principios que rigen la política exterior mexicana.

Así, México continúa transitando por una senda de gobernabilidad sólida y prudente, en donde la conducción del Estado pone en el centro los intereses del pueblo y se alinea con los valores de justicia, bienestar y paz promovidos por la Cuarta Transformación.