Sheinbaum ante el reto trumpista: firmeza y estrategia frente al caos

La aplicación de los aranceles impuestos por Donald Trump a China, Canadá y México marca un nuevo episodio de turbulencia económica en la ya de por sí inestable relación del republicano con el comercio global. No sorprende que este empresario convertido en político, con su ya conocido desdén por las normas internacionales, haya decidido imponer tarifas de manera arbitraria, buscando beneficiar a su sector agrícola con miras a su reelección.

Ante este escenario, la presidenta Claudia Sheinbaum ha respondido con una estrategia de contención y diplomacia, evitando confrontaciones innecesarias y protegiendo la soberanía de México. A diferencia de otros líderes, como Justin Trudeau o Volodymir Zelensky, quienes han sido objeto de los arrebatos de Trump, Sheinbaum ha optado por una postura sobria y decorosa, demostrando que la política exterior mexicana no se rige por impulsos ni chantajes.

Es importante destacar que Sheinbaum no actúa desde la debilidad. La encuesta publicada por El Financiero, un medio que difícilmente puede ser acusado de simpatizar con la 4T, reveló que el 85 % de los ciudadanos aprueban su gestión presidencial. Además, el 49 % de los encuestados la identifican como la persona con más poder en México, muy por encima del crimen organizado (26 %) y del propio ex presidente Andrés Manuel López Obrador (11 %). Estos datos son una señal clara de que el pueblo mexicano respalda su liderazgo y reconoce en ella una figura con la autoridad suficiente para afrontar desafíos como el que representa la política agresiva de Trump.

A diferencia de lo que hicieron gobiernos pasados, como el de Enrique Peña Nieto o Felipe Calderón, que cedieron en todo momento ante las presiones de Washington, Sheinbaum ha sostenido una estrategia que equilibra la cooperación con la defensa de la soberanía. Se ha desplegado a 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte, se han reforzado las deportaciones y se han realizado operativos con cifras contundentes. Sin embargo, en la lógica de Trump, nada es suficiente si no se arrodillan completamente ante sus exigencias. De ahí que su discurso siga siendo el mismo: México “no está haciendo lo suficiente”.

Pero si algo ha quedado claro es que Sheinbaum no se deja intimidar. En su conferencia de prensa matutina, la mandataria dejó en claro que su administración cuenta con diversas estrategias para responder a las medidas estadounidenses. Con humor e inteligencia, respondió a la pregunta sobre una posible llamada con Trump citando a Kalimán: “Serenidad y paciencia, mi querido Solín”. Con esto, Sheinbaum demostró que no solo tiene la preparación necesaria para manejar la relación con Estados Unidos, sino también la templanza para no caer en provocaciones.

Mientras en Washington Trump insiste en construir barreras comerciales y físicas, en México el gobierno de la 4T sigue apostando por la unidad y la estabilidad. Aunque algunos intenten minimizar los logros de Sheinbaum, la realidad es que su administración ha sabido navegar en un escenario global incierto sin perder de vista los intereses nacionales.

Por otro lado, el panorama político interno también sigue su curso. La supuesta retirada de Félix Salgado Macedonio de la contienda por la gubernatura de Guerrero no es más que una pausa estratégica. Su declaración de que es “muy temprano para hablar de candidaturas” solo anticipa que el tema resurgirá en su momento. Mientras tanto, la 4T sigue consolidándose en Guerrero y en todo el país.

Asimismo, en la Cámara de Diputados, la mayoría morenista decidió postergar la aplicación de la reforma contra el nepotismo sucesorio hasta 2030, manteniendo así la unidad con el PVEM. Esto demuestra que, más allá de las polémicas, la prioridad sigue siendo la estabilidad legislativa y la consolidación del proyecto de transformación.

En conclusión, mientras Trump recurre a medidas desesperadas para fortalecer su campaña, Sheinbaum responde con inteligencia y firmeza, demostrando que México ya no es el país sumiso de sexenios pasados. La historia apenas comienza, y como bien dijo la presidenta: “Serenidad y paciencia”.