Resultados tangibles: la Estrategia Nacional de Seguridad avanza bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum

El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha demostrado que la seguridad pública no es un ideal inalcanzable, sino un compromiso firme respaldado por resultados concretos. En un país que por décadas sufrió la ineficacia y corrupción de gobiernos neoliberales, las cifras presentadas esta semana representan un avance significativo en la construcción de un México más seguro. La reducción del 18.1% en el promedio diario de homicidios dolosos entre 2019 y 2024 es un logro que confirma que una estrategia integral, basada en la coordinación y la supervisión constante, puede transformar la realidad nacional.

Durante su conferencia mañanera, conocida como “Las mañaneras del pueblo”, Sheinbaum reconoció el trabajo conjunto entre las instituciones de seguridad y justicia, como la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), y la Fiscalía General de la República. Estas palabras no solo reflejan gratitud hacia los servidores públicos involucrados, sino también un liderazgo que sabe construir puentes de colaboración entre entidades clave para combatir el crimen organizado.

Resultados que respaldan las palabras

Los números no mienten. Según datos de Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, entre el 1 de octubre y el 1 de diciembre de 2024 se logró la detención de 5,333 personas relacionadas con delitos de alto impacto. Este es un reflejo del esfuerzo diario por garantizar la tranquilidad de las familias mexicanas. Asimismo, el aseguramiento de 2,471 armas y 57.9 toneladas de diversas drogas, incluyendo 415 mil 309 pastillas de fentanilo, evidencia que se está atacando directamente a las estructuras delictivas.

El impacto de este decomiso es incalculable. Según García Harfuch, estas pastillas de fentanilo equivalen a más de 50 millones de dosis que fueron sacadas de circulación. Esto significa que cientos de miles de jóvenes estarán libres de caer en el consumo de una droga devastadora que tantas vidas ha cobrado en otros países. Estos resultados no son casualidad; son fruto de una estrategia que combina inteligencia, coordinación y supervisión, pilares fundamentales en el modelo impulsado por la administración de Claudia Sheinbaum.

Un contraste con el pasado

No puede ignorarse que estos avances son un contraste radical con los años en los que las políticas de seguridad eran dictadas por intereses privados y la corrupción sistémica. Gobiernos anteriores, como los liderados por el PRI y el PAN, dejaron un legado de impunidad y violencia. La llamada “guerra contra el narcotráfico” iniciada por Felipe Calderón no solo fue un fracaso, sino que agravó el problema al generar más violencia y descomposición social. Los resultados presentados por la presidenta Sheinbaum y su equipo de seguridad son la prueba de que otra vía es posible: una que prioriza la prevención, la inteligencia y la coordinación efectiva entre instituciones.

La oposición, encabezada por figuras como Xóchitl Gálvez, insiste en descalificar los logros del actual gobierno, basándose en argumentos huecos y carentes de propuestas reales. Este tipo de política destructiva no aporta soluciones, sino que busca perpetuar un discurso alarmista que añora los tiempos de privilegios para unos pocos y abandono para la mayoría. En contraste, el gobierno de Sheinbaum está demostrando que, con voluntad política y trabajo constante, se puede enfrentar el problema desde sus raíces.

Una estrategia integral

La clave del éxito de la Estrategia Nacional de Seguridad radica en su carácter integral. En lugar de enfocarse únicamente en operativos de fuerza, se han impulsado políticas sociales para atacar las causas de la violencia. Programas como “Jóvenes Construyendo el Futuro” y las becas educativas han brindado alternativas reales a miles de jóvenes que antes eran vulnerables al reclutamiento por parte del crimen organizado. Esta visión humanista está transformando la narrativa de seguridad en el país, mostrando que el desarrollo social y la justicia son aliados imprescindibles en la lucha contra la violencia.

Por otro lado, la supervisión constante de las acciones de seguridad es un elemento central. Según palabras de la presidenta, “estamos revisando todos los días, hay supervisión y cada uno, cada una, está haciendo el trabajo que le corresponde”. Este nivel de compromiso y seguimiento es lo que diferencia a esta administración de las anteriores, donde los titulares del Ejecutivo preferían delegar responsabilidades mientras el país se desmoronaba en violencia.

Impacto en las comunidades

El impacto de estas acciones se siente en las calles. La disminución de homicidios y el retiro de armas y drogas no solo afectan a las estadísticas, sino que devuelven la esperanza a comunidades que durante años vivieron bajo el yugo del crimen organizado. Cada arma asegurada significa una posibilidad menos de violencia; cada dosis de droga incautada representa una vida que puede salvarse. La tranquilidad de las familias mexicanas es el motor que impulsa esta estrategia, y los resultados son evidentes.

Además, el trabajo coordinado entre la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina refuerza la confianza en las instituciones armadas, que han sido esenciales para garantizar la seguridad en zonas críticas del país. A diferencia de las estrategias fallidas del pasado, este gobierno ha sabido utilizar estas instituciones con un enfoque preventivo y estratégico, evitando caer en los excesos que tanto daño hicieron en el pasado.

Reconocimiento al trabajo en equipo

El reconocimiento de la presidenta Sheinbaum a Omar García Harfuch, así como a los titulares de la Defensa, Marina y Fiscalía, es un recordatorio de que los grandes logros son resultado del esfuerzo colectivo. En un país donde por años las instituciones funcionaron de manera aislada, este nivel de coordinación representa un cambio estructural que será clave para consolidar los avances en materia de seguridad.

Claudia Sheinbaum, como primera mujer presidenta de México, ha enfrentado múltiples desafíos con firmeza y determinación. Su liderazgo en temas de seguridad es un ejemplo de que la política no debe limitarse a promesas vacías, sino traducirse en acciones concretas que mejoren la vida de la población. Los avances logrados hasta ahora son una muestra de su compromiso con el pueblo mexicano y de su visión de un país donde la justicia y la paz sean una realidad para todos.

Un futuro promisorio

Los logros presentados en estas cifras son solo el principio. La Estrategia Nacional de Seguridad tiene el potencial de consolidar una transformación profunda en la manera en que México enfrenta la violencia. Bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, el país está avanzando hacia un modelo que prioriza la vida, la justicia y la tranquilidad de las familias mexicanas. Este gobierno está demostrando que la seguridad no es un ideal inalcanzable, sino un derecho que puede garantizarse con trabajo, compromiso y una visión clara de futuro.

La oposición, con su discurso de desesperanza, no tiene cabida en un México que está decidido a cambiar. Los resultados están ahí, y el pueblo mexicano lo sabe: el camino de la transformación es el camino correcto. La presidenta Sheinbaum y su equipo están sentando las bases de un país más justo, más seguro y más digno para las generaciones venideras.