Puerto Marqués y Playa Revolcadero: Resiliencia y Desafíos Frente a la Destrucción de los Huracanes
A sus 80 años, Juan Álvarez Velasco, habitante de Puerto Marqués desde hace más de dos décadas, mantiene viva la esperanza en la recuperación de su comunidad tras los estragos que dejó el huracán ‘John’ en septiembre y las recientes afectaciones causadas por el paso del huracán ‘Otis’. “Yo de Puerto Marqués no me voy, se va a levantar”, afirma con convicción el veterano trabajador de fibra de vidrio, mientras observa los trabajos de reconstrucción en una de las zonas afectadas.
Las huellas del huracán ‘John’ en Puerto Marqués aún son visibles en los dos socavones que quedaron en la calle Miguel Alemán, la vía principal del poblado. Los olores de un drenaje abierto y la destrucción de 15 restaurantes son parte del paisaje al que los residentes como Álvarez se enfrentan diariamente. Aunque la Comisión de Infraestructura Carretera y Aeroportuaria del Estado de Guerrero anunció la rehabilitación de la zona, las obras iniciaron apenas el lunes pasado. Sin embargo, para Juan, la restauración de su amado Puerto Marqués es sólo cuestión de tiempo y esfuerzo: “Se va a recuperar poco a poco”, asegura.
La vecina playa Revolcadero también enfrenta una situación crítica, exacerbada por los eventos recientes. El aumento en el nivel del mar ha causado erosión en la estructura de cemento donde se asientan aproximadamente 15 restaurantes frente al mar, transformando la zona en una especie de islote al que sólo se puede acceder entre escombros. Ante esta situación, restauranteros y residentes han pedido la intervención de brigadas de protección civil y especialistas para evaluar la seguridad de las instalaciones y evitar un mayor riesgo.
Un punto crítico que preocupa a los habitantes y locatarios de la Playa Revolcadero es la falta de atención gubernamental. A pesar de la visita de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, a Acapulco el domingo pasado para evaluar los daños, la playa Revolcadero no fue mencionada en el informe de daños, lo que generó descontento entre las 200 familias que dependen de esta área para su sustento. Este descuido ha alimentado rumores sobre posibles intereses privados que, bajo el argumento de las afectaciones naturales, podrían intentar restringir el acceso público a esta playa emblemática de la zona Diamante, tradicionalmente conocida como la “playa del pueblo”.
La posibilidad de que Revolcadero sea privatizada preocupa a los habitantes, quienes ven en esta situación una amenaza a sus derechos y a la identidad de su comunidad. La playa, hasta antes del huracán, era un punto de encuentro accesible para todos, un valor que los lugareños quieren preservar a pesar de los retos actuales.
El renacimiento de Puerto Marqués y Revolcadero, con sus desafíos estructurales y sociales, dependerá de la cooperación entre los habitantes y las autoridades. La comunidad espera no sólo respuestas y acciones concretas, sino también el reconocimiento de su necesidad de preservar estos espacios como sitios de convivencia pública, especialmente en medio de la reconstrucción de Acapulco, que ahora enfrenta nuevos desafíos climáticos y sociales.