Operativo de Rescate: Sedena en Acción Tras Huracán ‘Hilary’
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha desplegado un impresionante esfuerzo en respuesta a los estragos causados por el paso del huracán Hilary en las regiones de Baja California y Baja California Sur. El Plan DN-III-E se ha activado con la finalidad de brindar asistencia y auxilio a la población civil afectada por los embates de la naturaleza.
La II Región Militar, encargada de coordinar las operaciones en el terreno, ha informado que un total de 723 valientes elementos militares se encuentran activos en este operativo. Acompañados de 59 vehículos especializados, 4 unidades de Maquinaria Pesada, 3 Torres de Iluminación, 1 Planta Potabilizadora de agua y 1 Remolque con Cocina Comunitaria, estos héroes anónimos han demostrado su compromiso con la seguridad y el bienestar de la población afectada.
Los equipos de rescate han centrado sus esfuerzos en las zonas más afectadas por el huracán Hilary, incluyendo los municipios de Los Cabos, La Paz, Comondú y Loreto. Los recorridos de seguridad han permitido evaluar los daños y llevar a cabo operaciones de rescate en situaciones de emergencia.
Una de las tareas fundamentales en esta misión ha sido la gestión de refugios temporales. Más de 800 personas damnificadas han encontrado alojamiento y asistencia en estos centros de refugio, donde se les ha brindado alimentos y atención médica. Durante los días más críticos, el personal militar ha demostrado su capacidad para llevar adelante esta labor humanitaria esencial.
En el frente de ingeniería y logística, el Batallón de Ingenieros de Combate ha jugado un papel vital. Monitoreando puntos críticos en carreteras con cruces de corrientes de agua y asegurando cruces de ríos y presas, han garantizado que las vías de comunicación se mantengan seguras y libres de riesgos para la población.
Una de las más notables hazañas ha sido la restauración de vías de comunicación esenciales. Gracias a la colaboración entre las autoridades militares y civiles, se ha logrado restablecer el acceso en múltiples carreteras, incluyendo el tramo carretero Punta Prieta – Bahía de los Ángeles Km. 48; 28 y 61, altura del Vado de San Javier; arroyo San Pablo en la salida de Vizcaíno – Guerrero Negro, B.C.S.; Presa de San Ignacio; socavón en la carretera transpeninsular Santa Rosalía – San Ignacio a la altura de la “Cuesta del Infernillo”; tramo carretero Santa Rosalía – San Lucas, B.C.S.; carretera Heroica Mulegé – Santa Rosalía, B.C.S. al sur de San Bruno, B.C.S. Este esfuerzo sin precedentes ha permitido la recuperación de rutas vitales y ha facilitado la llegada de suministros y ayuda humanitaria a las zonas más necesitadas.
El compromiso y la dedicación demostrados por la Sedena y sus efectivos en esta situación de crisis no pasan desapercibidos. Los esfuerzos coordinados entre militares y autoridades civiles han sido un ejemplo de solidaridad y trabajo en equipo en medio de la adversidad. A medida que la región se recupera de los estragos del huracán Hilary, la labor en curso de la Sedena sigue siendo un faro de esperanza para aquellos que han sido afectados.
En momentos como estos, la verdadera fortaleza de una nación se hace evidente. Baja California y Baja California Sur han demostrado su resiliencia y coraje en la cara de la adversidad, y la Sedena ha estado a la altura de las circunstancias, extendiendo su mano amiga para apoyar y reconstruir. A medida que la recuperación continúa y la normalidad se restablece lentamente, es crucial recordar la importancia de la solidaridad y la colaboración en tiempos de necesidad. El Plan DN-III-E es un recordatorio conmovedor de que, cuando trabajamos juntos, podemos superar cualquier desafío que la naturaleza nos presente.
En conclusión, el despliegue de la Sedena en respuesta al huracán Hilary en Baja California y Baja California Sur ha sido un testimonio conmovedor de valentía, dedicación y solidaridad. A través del Plan DN-III-E, cientos de elementos militares han trabajado incansablemente para brindar asistencia y auxilio a la población afectada, restablecer vías de comunicación esenciales y colaborar con autoridades civiles para asegurar la seguridad y el bienestar de todos los afectados por la catástrofe. Su labor en medio de la adversidad ha recordado a todos que, en los momentos más oscuros, la luz de la colaboración y el compromiso común puede guiar el camino hacia la recuperación y la esperanza.