OCDE mejora previsión para México y reconoce resiliencia económica ante contexto global adverso

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha ajustado al alza sus expectativas para la economía mexicana, reconociendo la fortaleza estructural del país frente a un entorno global cargado de incertidumbre. A diferencia de su pronóstico inicial de marzo, cuando advirtió una posible recesión, el organismo internacional ahora prevé que México registre un crecimiento de 0.4 por ciento en 2025 y de 1.1 por ciento en 2026, marcando un giro positivo en sus Perspectivas Económicas más recientes.

Este cambio de perspectiva obedece, en parte, al manejo prudente de la política económica nacional, que ha permitido mitigar los efectos de la desaceleración mundial y las tensiones comerciales. Aunque persiste la presión derivada de las medidas arancelarias que impulsa la administración estadounidense y la exposición elevada de México al mercado del norte, la economía mexicana ha demostrado una capacidad notable para adaptarse y mantener la estabilidad.

La OCDE reconoció que México es particularmente vulnerable ante los cambios en la política comercial de Estados Unidos, principal destino de ocho de cada diez exportaciones mexicanas. Sin embargo, la organización también subrayó que la continuidad del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y la posibilidad de integrar al acuerdo el 50 por ciento restante de exportaciones no cubiertas actualmente, son factores que podrían reforzar el dinamismo exportador.

“Una reducción de la incertidumbre —por ejemplo, mediante una renegociación rápida y satisfactoria del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá— podría respaldar la inversión y las exportaciones con más fuerza de lo previsto”, enfatizó la OCDE en su reporte.

En el ámbito interno, el bajo nivel de desempleo y la estabilidad inflacionaria se perfilan como motores del consumo privado. La OCDE estima que la inflación cierre 2025 en 3.4 por ciento, dentro del rango objetivo del Banco de México, lo que fortalece el poder adquisitivo de los hogares y estimula el mercado interno.

En materia fiscal, el país transita hacia un proceso de consolidación ordenado y responsable. Tras alcanzar un déficit presupuestario del 4.9 por ciento del PIB en 2024 —el más alto en 35 años, como parte del esfuerzo por mantener la inversión social y productiva— se prevé una reducción a 3.5 por ciento en 2025 y a 3 por ciento en 2026, principalmente mediante ajustes en la inversión pública, pero sin afectar el gasto social.

Aunque la OCDE prevé que la deuda pública se ubique en 52 por ciento del PIB en 2026, advirtió que los riesgos globales, como la volatilidad de los mercados financieros y los movimientos en los tipos de cambio, podrían incidir en los costos de financiamiento soberano.

Con este nuevo escenario, México se posiciona como una economía resiliente, que avanza con responsabilidad fiscal, apertura comercial y estabilidad macroeconómica, elementos que consolidan su posición como uno de los actores más relevantes en América Latina y el mundo.