Moody’s reduce calificación de Pemex y alerta sobre futuros desafíos financieros

La calificadora internacional Moody’s ha ajustado la nota crediticia de Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa estatal de petróleo de México, de B1 a B3, una medida que refleja crecientes preocupaciones sobre la sostenibilidad financiera de la petrolera ante un panorama de mayor necesidad de liquidez, incremento en el costo de capital y vencimientos de deuda significativos en el horizonte de los próximos dos a tres años.

Esta decisión subraya los riesgos comerciales en aumento a los que se enfrenta Pemex, especialmente en su intento por expandir su capacidad de refinación y aumentar la producción de petróleo. Moody’s ha puesto especial énfasis en que la calificación B3, situada apenas un peldaño por encima del riesgo sustancial, evidencia un debilitamiento en la calidad crediticia de Pemex y anticipa cambios desafiantes para la empresa en su capacidad para respaldar el servicio de su deuda en los años venideros.

Además, la perspectiva negativa asignada a la calificación de Pemex por parte de Moody’s sugiere una proyección de deterioro en la generación de flujo de efectivo y los indicadores crediticios de la empresa. Esta situación podría agravarse sin una reforma estructural en su estrategia de negocios, incrementando la necesidad de apoyo gubernamental. La calificadora también advierte sobre el potencial de una crisis, en un contexto donde se anticipa un mayor deterioro de las condiciones fiscales del gobierno mexicano en 2024, exacerbado por el gasto social, los altos costos de endeudamiento y el incremento en el gasto de proyectos emblemáticos.

La liquidez débil de Pemex y su dependencia del apoyo gubernamental son puntos críticos resaltados por Moody’s. La empresa ha recurrido a políticas financieras agresivas que se manifiestan en una estructura de capital insostenible, con altos niveles de deuda. Se menciona, por ejemplo, el apoyo federal proporcionado en septiembre de 2023 para enfrentar más de 10 mil 900 millones de dólares en vencimientos de deuda en 2024.

Moody’s también considera como riesgoso cualquier intento de Pemex por realizar transacciones financieras complejas, como intercambios de deuda o recompras, para aliviar su carga de deuda. Estas acciones, aunque estratégicas, podrían enfrentar dificultades significativas.

A pesar de que la producción de petróleo y gas de Pemex ha logrado revertir su tendencia a la baja, aún no cumple con las metas establecidas por el gobierno federal. Con un presupuesto reducido para 2024 en comparación con el año anterior, la petrolera enfrenta obstáculos para aumentar su producción futura y reponer sus reservas.

Mirando hacia el futuro, se espera que Pemex incremente su dependencia del financiamiento externo para compensar su flujo de caja libre negativo, especialmente ante la perspectiva de enfrentar vencimientos de deuda que alcanzarán un máximo de 13 mil 700 millones de dólares en 2026. Esta situación se ve agravada por la expansión en el sector de la refinación, el cual ha sido deficitario para Pemex, acumulando pérdidas operativas de aproximadamente 31 mil 500 millones de dólares entre 2019 y 2022.

La decisión de Moody’s de ajustar la calificación de Pemex pone en relieve los desafíos financieros significativos que enfrenta la empresa estatal, en un momento crítico para su futuro y el del sector energético en México. Este escenario demanda una reflexión profunda y posiblemente ajustes estratégicos para asegurar la viabilidad financiera y operativa de Pemex en el mediano y largo plazo.