Minería canadiense en Sonora: riqueza para pocos, devastación para muchos

La riqueza mineral de Sonora, uno de los estados más ricos en recursos mineros de México, se ha convertido en el eje de operaciones de grandes empresas canadienses como Álamos Gold, First Majestic Silver y Pan American Silver Corp. Estas compañías explotan metales y minerales estratégicos como oro, plata, cobre, molibdeno y grafito. Sin embargo, su presencia ha dejado una estela de devastación ambiental, conflictos sociales y mínima contribución económica al estado.

Con 117 concesiones activas en Sonora, las mineras canadienses han obtenido multimillonarias ganancias, pero sus aportes fiscales son irrisorios. En 2021, por ejemplo, First Majestic Silver se enfrentó a una deuda fiscal de 180 millones de dólares, que buscó evadir mediante un arbitraje internacional. Esta estrategia, permitida por acuerdos como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), les otorga privilegios desproporcionados y facilita la explotación de recursos naturales, frecuentemente sin respetar estándares ambientales ni derechos indígenas.

El impacto en las comunidades y el medio ambiente

La extracción minera ha traído consigo graves daños al ecosistema y a las comunidades. En Mulatos, municipio de Sahuaripa, habitantes denunciaron las operaciones de Minas de Oro Nacional, filial de Álamos Gold, por realizar explosiones diarias que han dañado terrenos y edificaciones, incluida una iglesia y una escuela. Además, señalaron que los procesos químicos han contaminado un arroyo con aguas negras y residuos tóxicos, afectando bosques de pinos y poniendo en riesgo la salud de los habitantes.

En los municipios de Banámichi y Huépac, donde First Majestic Silver opera las minas Santa Elena y El Ermitaño, las condiciones laborales son alarmantes. Más de mil trabajadores enfrentan jornadas de 12 horas durante 20 días seguidos en temperaturas extremas de hasta 50 grados centígrados y a más de 500 metros de profundidad. Denuncias de represalias contra quienes exigen mejores condiciones laborales son comunes, mientras que los beneficios económicos que llegan a las comunidades no compensan los graves daños ambientales y sociales.

Sonora: riqueza minera y deuda social

Sonora lidera la producción minera en México, aportando el 33.81% del total nacional y destacando en la extracción de cobre (80.2%), molibdeno (100%) y oro (25.6%). No obstante, este liderazgo contrasta con los bajos ingresos fiscales que genera la minería, que representan menos del 1% del total nacional, y su escasa contribución al empleo formal, apenas un 0.62%.

Beatriz Olivera, directora de la organización Engenera, advirtió que el modelo minero consolidado por el T-MEC prioriza los intereses de las empresas extranjeras, permitiéndoles acceso privilegiado a recursos como el agua y el territorio, mientras las comunidades enfrentan despojo, contaminación y violaciones a derechos humanos.

Un llamado a cambiar el modelo extractivista

La Ley Minera de 2023 busca revertir décadas de explotación desregulada al exigir mayores estándares sociales y ambientales. Sin embargo, las empresas han reaccionado con litigios internacionales para proteger sus intereses. Esta confrontación entre las mineras y el gobierno mexicano evidencia la urgencia de replantear un modelo extractivista que ha priorizado las ganancias extranjeras a costa del bienestar de las comunidades locales.

En Sonora, la minería no solo se mide en toneladas de oro y plata extraídas, sino en las secuelas que deja: aguas contaminadas, tierras devastadas y derechos humanos pisoteados. La riqueza mineral del estado podría convertirse en una oportunidad para el desarrollo sostenible, pero solo si se implementan políticas que pongan en el centro a las comunidades y al medio ambiente.