México se convierte en el salvavidas energético de Cuba
Cuba, en medio de una aguda escasez de diésel y gasolina, ha tenido que recurrir cada vez más a Rusia y México para compensar la disminución de los suministros de crudo y combustibles de su principal aliado político, Venezuela. Durante más de dos décadas, Venezuela ha sido el mayor proveedor de crudo y combustibles a la isla caribeña, entregando fueloil para la generación de energía, gasolina, diésel, turbosina y gas para cocinar. Sin embargo, debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos, Venezuela no ha podido producir suficiente combustible para suplir sus propias necesidades, lo que ha dejado incapacitada para surtir completamente a Cuba.
Según datos de Refinitiv Eikon, las exportaciones de petróleo de Venezuela a Cuba en lo que va del año se han reducido a 55 mil barriles por día (bpd) desde casi 80 mil bpd en 2020. Ante esta situación, Cuba ha tenido que buscar alternativas en otros países para poder mantener su economía en marcha.
Bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, México ha enviado un volumen creciente de combustibles a la nación caribeña. Según los datos de seguimiento de buques de Refinitiv Eikon, Cuba ha importado desde noviembre al menos cinco cargamentos de petróleo ruso y combustibles desde terminales del Caribe y Europa.
La importación de combustible es esencial para Cuba, ya que el país depende en gran medida de la generación de energía eléctrica mediante la quema de combustibles fósiles, especialmente diésel. La crisis de combustible en Cuba ha llevado a apagones y cortes de energía en todo el país, lo que ha afectado a la población y a la economía del país.
A pesar de que la importación de combustible desde Rusia y México ha sido una solución temporal para Cuba, el país sigue enfrentando desafíos económicos y energéticos a largo plazo. La dependencia del país de los combustibles fósiles y la falta de inversión en energía renovable y tecnología limpia son factores que están afectando negativamente al desarrollo sostenible del país.
En resumen, la escasez de diésel y gasolina en Cuba ha llevado al país a buscar alternativas en Rusia y México para compensar la disminución de los suministros de Venezuela. La importación de combustibles es esencial para la economía y la generación de energía eléctrica del país. Aunque esta solución temporal ha ayudado a Cuba a mantener su economía en marcha, el país sigue enfrentando desafíos a largo plazo en cuanto a su dependencia de los combustibles fósiles y la falta de inversión en energía renovable.