México redefine su camino económico ante un mundo en incertidumbre: Cepal

Ciudad de México. En un entorno global cada vez más incierto, marcado por la fragmentación geopolítica y el debilitamiento del modelo tradicional de globalización, México ha optado por un enfoque estratégico que prioriza su desarrollo interno, apostando por una transformación productiva orientada al mercado nacional y la integración con América Latina. Así lo afirmó Jorge Mario Martínez Piva, director interino de la sede subregional en México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

A 15 años de la crisis financiera de 2008 —la cual, según Martínez, fue el primer cisma que derrumbó la certidumbre económica global—, y tras la ruptura de 2015 cuando los centros de pensamiento de Estados Unidos y Europa comenzaron a declarar el fin del consenso globalizador, México se adapta con inteligencia a una nueva etapa: la inversión enfocada en lo local.

“La ventana del nearshoring no era eterna. Tenía una entrada y una salida. Parece que la salida ya llegó”, indicó Martínez Piva. Sin embargo, lejos del pesimismo, subrayó que esta transición abre nuevas oportunidades si se orientan las políticas públicas hacia el fortalecimiento de la producción nacional, como lo propone el Plan México, estrategia impulsada por el Gobierno de México para impulsar el crecimiento y la industrialización interna.

En este contexto, alertó que América Latina corre el riesgo de quedar nuevamente en la periferia, pero ahora no solo en lo industrial, sino también en sectores clave del futuro como los servicios digitales, la inteligencia artificial, el software y la industria 4.0, incluyendo la agricultura tecnificada. Por ello, enfatizó la necesidad de pensar “fuera de la caja” y no depender exclusivamente del modelo exportador ni de la relación con Estados Unidos.

Martínez destacó que si bien la incertidumbre internacional, incluida la política comercial del país vecino del norte, puede ralentizar ciertas inversiones, otras —orientadas al consumo interno o a terceros mercados— continúan avanzando con solidez. Además, señaló que México cuenta con múltiples oportunidades para diversificar sus relaciones comerciales y de innovación con otras economías emergentes, como India, Japón o socios regionales como Brasil, Argentina y Cuba.

“Estados Unidos seguirá siendo un socio fundamental, pero México debe hacer esfuerzos deliberados para diversificar sus alianzas”, sostuvo, subrayando que más allá del comercio, hay posibilidades estratégicas en áreas como investigación, desarrollo de patentes y cooperación científica.

Respecto al financiamiento de estos esfuerzos, el funcionario de la Cepal reconoció los márgenes fiscales estrechos del país, pero recalcó que el cambio no depende únicamente del presupuesto público, sino de políticas inteligentes que transformen la matriz productiva nacional y atraigan inversión privada.

Mencionó que durante los últimos tres sexenios han existido iniciativas que reflejan una continuidad del impulso industrial, desde las Zonas Económicas del Bienestar hasta los actuales Polos de Desarrollo para el Bienestar, integrados ahora en el Plan México. Para garantizar su permanencia, consideró esencial involucrar a actores como la sociedad civil y la academia, que ofrecen visiones de largo plazo más allá de los ciclos de gobierno.

Finalmente, Martínez Piva llamó a entender el momento actual como un punto de inflexión: “Estamos en el ojo del huracán. No sabemos cuándo va a terminar ni hacia dónde vamos, pero sí sabemos que el mundo que conocíamos está cambiando”. Ante ese escenario, México, bajo un liderazgo firme, traza su propio rumbo económico con soberanía, visión regional y voluntad de transformación.