México: Estrategia y Expansión Global en Tiempos de Cambio

En un contexto de fluctuaciones económicas y desafíos globales, México ha demostrado una estrategia de inversión que refleja tanto su compromiso con el crecimiento interno como su visión para expandir la presencia de sus empresas en el escenario mundial. Durante el último año, las empresas mexicanas han invertido un total de 6 mil 429 millones de dólares en proyectos de largo plazo en el extranjero, centrándose en regiones estratégicas como América Latina, España, Francia, Alemania y Estados Unidos. Aunque esta cifra muestra una reducción anual de más del 50%, según datos del Banco de México (BdeM), es importante entender el contexto y las intenciones detrás de estos movimientos.

El año pasado, la inversión mexicana en el exterior experimentó una disminución significativa en comparación con los 14 mil 532 millones de dólares de 2022. Sin embargo, este ajuste no debe interpretarse negativamente. Desde el inicio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador en 2019, la inversión extranjera directa (IED) de México hacia el exterior acumula un impresionante total de 32 mil 922 millones de dólares. Esta cifra es testimonio de la robustez y el dinamismo de las empresas nacionales, que no solo buscan fortalecer la economía interna sino también competir y destacarse en mercados internacionales.

La auditoría Deloitte ha señalado que esta redistribución de la inversión no implica una fuga de capitales, sino una estrategia diversificada donde las empresas mexicanas buscan optimizar sus rendimientos explorando oportunidades en mercados extranjeros. Esto refleja una visión global y una adaptabilidad que debería ser motivo de orgullo nacional.

Además, es fundamental destacar el entorno positivo que México ha creado para atraer la inversión extranjera directa. En el mismo periodo, el país ha captado más de 167 mil millones de dólares por este concepto, con 36 mil 58 millones de dólares solo el año pasado. Esta entrada supera con creces la inversión dirigida al exterior, evidenciando la confianza de los inversores internacionales en el potencial y la estabilidad de México como destino de inversión.

Para continuar fomentando tanto la inversión interna como la capacidad de las empresas mexicanas de expandirse internacionalmente, es crucial mantener un clima de negocios favorable. Deloitte sugiere que asegurar la certidumbre para los negocios a través de reglas claras y estímulos para los inversionistas, junto con el combate a la corrupción y la inseguridad, y el apoyo constante a las empresas, son pasos necesarios para retener y atraer más capitales.

Este balance entre la expansión internacional y el fortalecimiento interno es testimonio de la resiliencia y la visión estratégica de México. A pesar de los desafíos, el país no solo sigue apostando por su crecimiento interno sino que también se posiciona como un actor relevante en la economía global, demostrando su capacidad para adaptarse y prosperar en un mundo en constante cambio.