México Enfrenta una Crisis Energética: Más de 30 Gigawatts en el Limbo

Francisco Salazar, presidente del consejo del Congreso Conjunto de Asociaciones de Energía, reveló que en México existen proyectos pendientes de aprobación que suman poco más de 30 gigawatts en capacidad energética. Estos proyectos, a pesar de su potencial para impulsar el crecimiento y la seguridad energética del país, están actualmente en espera, lo que plantea desafíos significativos para el sector. En un discurso inaugural en un foro sobre energía, Salazar subrayó la importancia de garantizar la seguridad energética en medio de la relocalización de empresas y la transición hacia fuentes de energía más limpias.

“Lo que tenemos que tomar en cuenta es el fenómeno de la transición energética y la necesidad de la seguridad energética. Si algo puso de manifiesto, el conflicto armado en Ucrania y ahora lo pone el conflicto que hay también en Israel, es que la seguridad energética no puede dejar su lado, es fundamental”, afirmó Salazar durante su intervención en el foro.

Salazar también enfatizó la creciente demanda energética en México, que antes de la relocalización de empresas se situaba entre el 2.1% y el 2.9% de crecimiento anual según las cifras oficiales. Con la llegada de nuevas industrias y la relocalización de empresas, se espera que esta demanda aumente aún más, lo que resalta la necesidad de desarrollar fuentes de energía limpia y segura para satisfacer estas necesidades.

“Desafortunadamente en este momento tenemos atorados, por ejemplo, en la Comisión Reguladora de Energía (CRE) cerca de 4.3 gigawatts de capacidad, que podría ya estar permisionada y seguir los pasos que se requieren para poder generar”, informó Salazar, destacando la importancia de acelerar el proceso de aprobación de proyectos existentes.

Otro obstáculo identificado por Salazar es la espera de 25 gigawatts de capacidad en el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) para firmar contratos de interconexión. La liberación de esta capacidad, según Salazar, podría tener un impacto significativo en la resolución de los problemas actuales en el sector energético mexicano.

El presidente del Congreso Conjunto de Asociaciones de Energía también señaló que a pesar de que el 99% de la población en México tiene acceso a la electricidad, aproximadamente un millón de personas aún carece de este servicio esencial. Este grupo representa el tamaño de una gran ciudad y es una prioridad para garantizar la igualdad en el acceso a la energía.

En cuanto a las metas de energías limpias, Salazar reconoció que México está rezagado y subrayó la necesidad de acelerar el progreso. Según las metas establecidas, para el año 2050, al menos el 50% de la energía generada en el país debe provenir de fuentes limpias. El cumplimiento de este objetivo es fundamental para mitigar el impacto ambiental y garantizar un futuro sostenible.

Haciendo referencia a las redes de transmisión, Salazar destacó que México enfrenta el desafío de construir más de 7,000 kilómetros de infraestructura de transmisión de energía para el año 2030. Dado que el sector público enfrenta limitaciones en cuanto a recursos financieros, Salazar subrayó la importancia de involucrar al sector privado en este proceso a través de los mecanismos contemplados en la reforma energética. Esto requerirá la creación de un entorno favorable para la inversión y la colaboración entre el sector público y privado.

Por otro lado, Marcelino Madrigal, jefe de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ofreció perspectivas adicionales sobre la situación energética en América Latina. Madrigal destacó que América Latina es la región con la matriz energética más limpia del planeta gracias a la importante contribución de la energía hidroeléctrica. Esta observación subraya la importancia de continuar desarrollando fuentes de energía limpia en la región y aprovechar las oportunidades que ofrece.

En resumen, la seguridad energética y la promoción de fuentes de energía limpia son desafíos clave para México en medio de la relocalización de empresas y el crecimiento económico. La aprobación pendiente de proyectos de energía, la expansión de la infraestructura de transmisión y la aceleración hacia las metas de energías limpias son áreas críticas que requieren atención y acción inmediata. El sector energético de México se encuentra en un punto de inflexión, y su capacidad para abordar estos desafíos determinará en gran medida su futuro en la era de la transición energética global.