México defiende su soberanía alimentaria frente al fallo sobre maíz transgénico
El pasado 20 de diciembre, un panel internacional emitió un fallo en contra de las políticas de México respecto al consumo de maíz transgénico, lo que ha desatado una firme respuesta de organizaciones defensoras de los alimentos. Estas han cuestionado el uso del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) como una herramienta de presión que, aseguran, atenta contra la soberanía nacional y las medidas de protección al medio ambiente y la salud pública.
En un pronunciamiento conjunto, diversas organizaciones enfatizaron que el gobierno de México, elegido democráticamente, tiene el derecho y la obligación de implementar políticas que protejan a su población, a los agricultores locales y al medio ambiente de los riesgos asociados al maíz transgénico importado desde Estados Unidos. Estas voces recalcaron que el fallo ignoró evidencia científica y cultural presentada por México, desestimando los peligros inherentes a este tipo de productos.
Evidencia ignorada y riesgos para la salud
Las organizaciones detallaron una serie de afectaciones graves para la salud pública relacionadas con el consumo de maíz transgénico. Entre los riesgos más preocupantes destacaron: daños al tracto gastrointestinal humano, alteraciones en la función renal, desencadenamiento de respuestas inmunitarias y el desarrollo de nuevas alergias alimentarias. Además, señalaron que este consumo podría acelerar enfermedades prevalentes como la obesidad, la diabetes y la enfermedad renal, problemas que ya representan una crisis de salud en México.
Asimismo, subrayaron que el maíz transgénico constituye un riesgo significativo debido al alto nivel de exposición en la dieta mexicana. Alrededor del 60% de la ingesta calórica diaria de la población proviene de alimentos a base de maíz, lo que convierte a esta situación en un tema crítico para la salud y seguridad alimentaria del país.
Defensa del maíz nativo y la biodiversidad
Otro punto central en el debate es la amenaza que representa el maíz transgénico para las variedades nativas, las cuales son pilares de la dieta, la cultura y la biodiversidad de México. Las organizaciones alertaron que la contaminación genética podría comprometer irremediablemente esta rica reserva de maíces criollos, que no solo alimentan al país, sino que también son parte esencial de las tradiciones indígenas y rurales.
Críticas a la postura de Estados Unidos y Canadá
De acuerdo con los defensores de la soberanía alimentaria, ni Estados Unidos ni Canadá han presentado pruebas suficientes que respalden la seguridad del maíz transgénico para el consumo humano en niveles elevados. Esto, señalaron, contradice los principios de precaución que deberían prevalecer en temas de salud pública y medio ambiente.
Las organizaciones instaron a las autoridades mexicanas a mantenerse firmes en sus políticas y en su compromiso con la protección de los agricultores, la población y los ecosistemas locales. Asimismo, llamaron a la sociedad civil a apoyar estas medidas mediante iniciativas como la recolección de firmas, con el objetivo de enviar un mensaje contundente de rechazo a las presiones extranjeras.
En un contexto donde la biodiversidad y la salud de millones están en juego, México sigue defendiendo su derecho a priorizar el bienestar de su población y la preservación de su patrimonio natural y cultural.