México apuesta por su oro negro: El crudo como pilar energético hasta 2035

En el marco del 86 aniversario de la histórica expropiación petrolera, Petróleos Mexicanos (Pemex) proyecta que el crudo mantendrá su reinado como el principal combustible de México al menos hasta mediados de la próxima década. Este pronóstico se alinea con la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador de revitalizar a la empresa estatal, buscando reducir las importaciones de carburantes y asegurar la independencia energética del país.

Con un énfasis en revertir el declive de la producción de petróleo, el gobierno ha redirigido las inversiones hacia la explotación de campos en aguas someras y en tierra, distanciándose de la anterior preferencia por las aguas profundas. Esta decisión ha demostrado ser acertada, ya que, según Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, la producción de crudo se ha incrementado de 1.833 millones de barriles diarios en 2018 a 1.875 millones en 2023, un notable avance frente a las proyecciones menos optimistas de administraciones previas.

Esta nueva política no solo ha estabilizado la producción de hidrocarburos, sino que también ha aumentado la extracción gracias a los nuevos desarrollos incorporados durante la actual administración. Más de un tercio del total de la extracción de hidrocarburos líquidos ahora proviene de estos esfuerzos recientes, lo que subraya el éxito de la estrategia adoptada.

En el ámbito de la refinación, Pemex ha implementado un ambicioso plan de rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación, que incluye la modernización de seis plantas existentes y la adición de proyectos significativos como la refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, y la adquisición de Deer Park en Texas. Estas medidas han permitido que la producción de combustibles refinados se incremente significativamente, acercándose a los niveles observados en 2013, antes del declive experimentado en años anteriores.

La producción de combustibles para el transporte ha experimentado un impresionante aumento del 84 por ciento desde 2018, lo que destaca la mayor capacidad y eficiencia en el proceso de refinación. Esto ha contribuido a que Pemex consolide su posición en el mercado, dominando una gran parte de las ventas de gasolinas, diésel y gas licuado de petróleo (LP) en el país.

Este enfoque en fortalecer la industria petrolera nacional no solo refleja un compromiso con la autosuficiencia energética, sino que también pone de manifiesto la importancia del crudo como pilar económico y estratégico para México. A medida que el país avanza hacia 2035, la visión del presidente López Obrador de un México energéticamente independiente y económicamente robusto se materializa con cada barril producido y refinado bajo el sello de Pemex.