México afronta desafíos en la producción de azúcar pero fortalece lazos comerciales en Centroamérica
En un contexto de retos significativos para el sector azucarero nacional, México se enfrenta a una disminución notable en su producción de azúcar durante el ciclo 2023-2024, que se estima en un 15% menos en comparación con la cosecha anterior, alcanzando solamente 4.7 millones de toneladas métricas. Este volumen representa el más bajo en la última década, según un informe de Czarnikow, una destacada analista y proveedora de servicios de cadena de suministro.
La temporada actual ha estado marcada por dificultades en el desarrollo de la cosecha de caña de azúcar, primordialmente debido a la insuficiencia de lluvias en regiones clave. Esta situación ha conducido a una reducción en la cantidad de caña por hectárea y ha impactado negativamente los rendimientos industriales durante su procesamiento, como explicó Stephanie Rodríguez, analista de Czarnikow.
Ante este escenario, México se ve en la necesidad de importar azúcar para satisfacer sus demandas internas y externas. “Tal como ocurrió en la temporada pasada, el país tendrá que recurrir a importaciones”, señaló Rodríguez. Es probable que México dirija su mirada hacia productores centroamericanos como Guatemala, Honduras y El Salvador, con el fin de cumplir con su cuota de exportación hacia Estados Unidos, un mercado clave para el azúcar mexicano.
En el ciclo anterior, más del 50% de las importaciones de azúcar en México provenían de India. Sin embargo, este año la situación es diferente. El gobierno indio no ha autorizado exportaciones de azúcar debido a una producción local limitada, lo que obliga a México a buscar alternativas.
La dependencia de México en cuanto a suministros de azúcar de Centroamérica parece aumentar. “Los países centroamericanos exportan normalmente alrededor de 3.3 millones de toneladas de azúcar. Este año, la mayor parte de estas exportaciones se dirigirán hacia México”, indicó Rodríguez. Este cambio en las dinámicas comerciales no solo refleja la capacidad de adaptación del país ante adversidades en el sector agrícola, sino que también fortalece los lazos comerciales con los países de Centroamérica, creando nuevas oportunidades de colaboración y apoyo mutuo.
En resumen, aunque México enfrenta desafíos notables en su producción de azúcar, este escenario abre puertas para fortalecer relaciones comerciales en la región, evidenciando la resiliencia y capacidad de adaptación del sector azucarero nacional ante circunstancias adversas. La cooperación con países vecinos no solo asegura el cumplimiento de compromisos comerciales con Estados Unidos, sino que también subraya la importancia de la integración económica regional en tiempos de crisis.