Mar de fondo arrasa con muro y arena en playa Revolcadero

Acapulco, Gro. Las olas del mar, intensas e incesantes durante los últimos diez días, derrumbaron el muro frontal de concreto de un predio ubicado en la playa Revolcadero, el cual fue adjudicado en 1979 por el Fideicomiso para el Desarrollo Económico y Social de Acapulco. La estructura, abandonada desde hace tiempo, sostenía un andador de madera por el que los bañistas accedían a la franja de arena. Hoy, el paso ha quedado sepultado por el embate del mar.

Luego de un mes de relativa calma, en el que los pobladores habían recobrado la esperanza tras la disminución de la marea provocada por el huracán John, la situación volvió a cambiar drásticamente. El fenómeno conocido como mar de fondo, que se manifiesta desde abril con olas altas y de gran fuerza, terminó por sepultar las ilusiones de los prestadores de servicios turísticos que intentaban reactivar su actividad económica.

“Ya llevamos casi como un mes sin sacar nada”, lamentó Mario, vendedor de tiritas de pescado, al describir la imposibilidad de trabajar en la playa debido a la ausencia total de espacio para colocar sus enramadas, mesas o sillas. La fuerza del mar no sólo ha erosionado la playa sino que, en la última semana, acabó con lo que quedaba del muro y se ha extendido violentamente sobre la poca arena que resistía.

Actualmente, las olas socavan los cimientos de lo que ha quedado como una especie de isla en la que se localizan los restaurantes de la zona, los cuales luchan por mantenerse en pie frente a la furia de la naturaleza. La piscina del predio, en otro tiempo una zona de recreo, asemeja ahora a una Pompeya tropical, invadida por moho, maleza y descomposición, convertida en un improvisado almacén de sillas y mesas, en espera de un respiro del mar.

El fenómeno de mar de fondo comenzó a notarse con fuerza desde el pasado 9 de abril. Aunque entre el 13 y el 20 del mismo mes hubo una ligera tregua, desde entonces el nivel del mar volvió a elevarse, obligando a las autoridades a mantener la bandera roja en las playas de Acapulco. La recomendación sigue siendo clara: extrema precaución tanto para prestadores de servicios como para bañistas.

La combinación del mar con las aguas de la laguna negra de Puerto Marqués, sumada al oleaje constante que persiste incluso al mediodía, ha convertido la zona en un campo de batalla natural, donde la resiliencia de los trabajadores turísticos choca día con día contra una fuerza marina que no da tregua.

El Gobierno de Guerrero, atento a la situación, mantiene los protocolos de vigilancia y exhorta a respetar las recomendaciones de protección civil, mientras se evalúan acciones que permitan atender a las comunidades afectadas por este fenómeno natural que amenaza los medios de vida de decenas de familias.