Los Políticos Güeritos: De la Madrid y Creel Se Sienten Discriminados, ¿Sensibilidad o Estrategia?
La discriminación es un tema que, lamentablemente, sigue prevaleciendo en nuestra sociedad. A pesar de los esfuerzos por promover la igualdad y la inclusión, todavía existen manifestaciones de prejuicios y estereotipos que afectan a diversos grupos de personas. En esta ocasión, dos prominentes políticos mexicanos, Enrique de la Madrid y Santiago Creel, han levantado la voz al sentirse discriminados por su apariencia física. Este hecho plantea interrogantes y nos invita a reflexionar sobre la importancia de erradicar este tipo de tratos injustos en el ámbito político y en nuestra sociedad en general.
Enrique de la Madrid, conocido priísta y aspirante a la candidatura presidencial de la oposición, expresó su sentir a través de las redes sociales, donde manifestó su molestia por ser llamado “güerito”. En un video compartido en Twitter, el político se encontraba en el Puerto de Manzanillo, Colima, acompañado de un comerciante local apodado “El Güero”. Durante la grabación, De la Madrid cuestionó al poblador sobre la naturaleza de la discriminación hacia las personas de tez clara, a lo que el comerciante respondió que no había nada de malo en ser güero, ya que así los hizo Dios.
La publicación de De la Madrid generó una serie de reacciones en la plataforma digital, pero la más destacada fue la de la senadora de Morena, Citlalli Hernández. La legisladora consideró el video como “propaganda hueca” y tildó a los aspirantes de la oposición como “nivel de perdidos”. Ante esta crítica, De la Madrid invitó a Hernández a sumarse a una campaña de “cero discriminación por apariencia física, preferencias o creencias de cualquier tipo”. Este intercambio evidencia la necesidad de promover una discusión abierta y constructiva sobre la discriminación en la política.
No obstante, De la Madrid no ha sido el único político en alzar la voz contra la discriminación. Santiago Creel, diputado del Partido Acción Nacional (PAN), también ha compartido sus experiencias de discriminación debido a su color de piel y ojos. Creel acusó al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de aplicar “discriminación inversa” y afirmó que ha sido objeto de infundios y ataques dirigidos tanto hacia él como hacia su familia. Además, expresó su preocupación por la supuesta división y confrontación que AMLO promueve en la sociedad mexicana, generando resentimiento y odio.
La discriminación, sin importar hacia quién se dirija, es un problema que socava los valores fundamentales de igualdad y justicia. En el contexto político, la discriminación puede afectar la reputación y la integridad de los políticos, así como su capacidad para representar a la diversidad de la sociedad. Además, puede enviar un mensaje equivocado a la ciudadanía, alimentando prejuicios y divisiones en lugar de fomentar la unidad y el entendimiento.
Es responsabilidad de todos los actores políticos y de la sociedad en su conjunto luchar contra la discriminación en todas sus formas. La apariencia física no debería ser motivo de exclusión ni de trato diferencial. Cada persona tiene derecho a ser reconocida y valorada por sus cualidades y habilidades, más allá de su aspecto externo. Promover una cultura de inclusión implica reconocer y respetar la diversidad de nuestra sociedad, abriendo espacios para el diálogo y la comprensión mutua.
En el caso específico de la política, es crucial que los candidatos y las candidatas se comprometan a fomentar la igualdad y a erradicar la discriminación en todas sus manifestaciones. Esto implica no solo palabras vacías, sino acciones concretas para promover una cultura política inclusiva. Además, los partidos políticos y las instituciones deberían establecer políticas internas que prohíban cualquier forma de discriminación y sancionen a quienes la promuevan.
Es evidente que la discriminación por apariencia física aún persiste en nuestra sociedad. La experiencia de Enrique de la Madrid y Santiago Creel nos recuerda que debemos seguir trabajando para eliminar estos prejuicios y estereotipos arraigados. La política mexicana no debe ser un terreno propicio para la discriminación, sino un espacio donde se promueva la igualdad de oportunidades y se respete la diversidad.
En conclusión, la discriminación por apariencia física es un problema real en nuestra sociedad y debe ser abordado con seriedad y determinación. Enrique de la Madrid y Santiago Creel han dado voz a esta problemática desde el ámbito político, llamando la atención sobre la importancia de promover una cultura de respeto y tolerancia en nuestro país. Como sociedad, debemos rechazar cualquier forma de discriminación y trabajar juntos para construir un México más inclusivo y equitativo, donde todos y todas tengan las mismas oportunidades, sin importar su apariencia física.