López Obrador denuncia corrupción en el Poder Judicial y tráfico de influencias en Veracruz

El presidente Andrés Manuel López Obrador señaló directamente a un abogado vinculado a redes de corrupción en el Poder Judicial como el responsable de un incidente reciente en Veracruz, donde le arrojaron una botella de agua. Según el mandatario, este individuo forma parte de un esquema de tráfico de influencias que involucra la aprobación de permisos de construcción irregulares, favoreciendo a empresas inmobiliarias y constructoras.

Durante su intervención, López Obrador se refirió al caso de un edificio en el centro histórico de Veracruz, cuya construcción, según él, viola las normas y afecta la imagen urbana y patrimonial del puerto. El presidente calificó esta obra como “El Adefesio”, subrayando que se trata de una edificación de varios pisos que distorsiona la belleza y el valor histórico de la ciudad. “Es una construcción de mal gusto, un adefesio, en uno de los lugares históricos y más bellos de México”, afirmó. El presidente ha exigido en repetidas ocasiones que se derrumben los niveles superiores de dicho edificio, sin embargo, la demolición se ha visto retrasada por lo que califica como una evidente corrupción dentro del Poder Judicial.

El mandatario dejó claro que estos abusos no solo ocurren en Veracruz, sino que también se extienden a otros puntos turísticos clave del país, como Tulum, en Quintana Roo. En esta región, dijo López Obrador, se están otorgando permisos de construcción para edificios que superan el límite de tres pisos, establecido por ley para proteger la integridad de la zona y evitar que la Riviera Maya se convierta en un área similar a Miami, perdiendo su atractivo natural. Durante su reciente visita a Tulum, el presidente inauguró el Parque Jaguar, un espacio destinado a preservar la belleza natural y cultural de la región, pero lamentó que, desde el mirador del parque, se puedan observar construcciones ilegales que no respetan el reglamento urbanístico.

En este sentido, López Obrador reiteró que estos actos de corrupción y tráfico de influencias son facilitados por jueces y magistrados que otorgan amparos a empresas inmobiliarias y constructoras, las cuales no solo incumplen con la normativa, sino que continúan operando bajo la protección de estas resoluciones judiciales. “Hay amparos, no los respetan o esos amparos para construir ese tipo de edificios los hacen valer”, criticó el mandatario.

Finalmente, el presidente expresó su confianza en que su sucesora, Claudia Sheinbaum, sabrá hacer frente a estos problemas de corrupción en el sector inmobiliario, tanto a nivel estatal como municipal. López Obrador aseguró que este tipo de prácticas ilegales deben terminar, y que la actual administración sigue comprometida en combatirlas, protegiendo los intereses de la ciudadanía y preservando el patrimonio natural y cultural del país.

Este nuevo llamado del presidente deja en claro que la lucha contra la corrupción en México no se limita al ámbito político, sino que abarca también sectores empresariales e institucionales, con el objetivo de garantizar un desarrollo urbano y turístico sustentable y respetuoso con el medio ambiente y la historia del país.