López Obrador defiende su política de ‘abrazos, no balazos’ ante la crisis de seguridad en Morelos

Durante un evento significativo en la Plaza de Armas de Cuernavaca, el presidente Andrés Manuel López Obrador reafirmó su postura frente a la crisis de seguridad que enfrenta el estado de Morelos, defendiendo su estrategia de “abrazos y no balazos” a pesar de las críticas que ha recibido por parte de sectores que no comparten su visión. En un acto que también sirvió para entregar las obras de restauración del Palacio de Cortés, transformado ahora en el Museo de los Pueblos de Morelos, el mandatario aprovechó para reiterar su convicción de que atender las causas profundas de la violencia es el camino más efectivo para restaurar la paz.

López Obrador, en su discurso, enfatizó que la solución al problema de la violencia no reside en la venganza ni en la confrontación directa, sino en la justicia social y la atención a las necesidades básicas de la población. “La paz es fruto de la justicia”, afirmó, subrayando la importancia de proporcionar oportunidades de educación y un nivel de vida digno como medidas preventivas contra el ciclo de violencia.

Este evento también destacó por el respaldo público del presidente al gobernador de Morelos, Cuautémoc Blanco, quien enfrentó rechiflas y abucheos por parte de los asistentes. López Obrador no dudó en expresar su apoyo a Blanco, declarando que, a su juicio, es un “gran gobernador” con quien ha colaborado estrechamente en diversos proyectos para el beneficio de Morelos. Esta declaración, en medio de un ambiente tenso, refleja la disposición del presidente a mantener su postura y sus alianzas políticas a pesar de las opiniones divergentes.

El evento no solo marcó la entrega de un importante proyecto de restauración cultural en el estado sino que también sirvió como plataforma para que López Obrador reiterara sus principios de gobernanza, basados en la empatía, la justicia social y el diálogo como herramientas fundamentales para la resolución de conflictos. En su lucha contra la violencia, el presidente se mantiene firme en su creencia de que las soluciones duraderas requieren de un enfoque integral que aborde las raíces del problema, más allá de las respuestas inmediatas y punitivas.