“Leer es libertad y comunidad”: Beatriz Alcubierre Moya destaca la importancia de fomentar la lectura sin imponerla
La historiadora y experta en literatura infantil, Beatriz Alcubierre Moya, destacó el valor de la lectura como un acto de libertad y autonomía. Profesora-investigadora de la Universidad Autónoma de Morelos, Alcubierre enfatiza que la lectura en niños y adolescentes debe ser un proceso voluntario y libre, y no una obligación impuesta. “Lo importante de la lectura no es leer en sí mismo, y mucho menos obligar a hacerlo 20 minutos al día. La lectura es una práctica de libertad, de autonomía, de administrar tu tiempo, de encontrar tu identidad reflejada en un autor”, subraya.
Dentro del contexto del programa “Librobús en tu Escuela y en tu Comunidad”, Alcubierre destaca la importancia de permitir a los estudiantes de preescolar, primaria y secundaria elegir libremente los títulos que desean leer. Este programa, impulsado por el Fondo de Cultura Económica, ofrece a los jóvenes acceso a libros de literatura infantil y juvenil a precios accesibles, facilitando que la lectura forme parte de su vida cotidiana y su desarrollo personal.
La lectura como práctica colectiva
Alcubierre también resalta el papel de la lectura como una actividad que fomenta la empatía y el diálogo social. Para la especialista, leer en colectivo, discutir y debatir en torno a lo leído es esencial para desarrollar un sentido de comunidad y reflexión. “Leer en sí mismo no es necesariamente bueno, hay grandes villanos de la historia que eran grandes lectores. Leer no hace buena a la gente, es una práctica, pero cuando la llevamos a cabo de forma colectiva, con un acompañamiento, con una discusión, con un debate, entonces no hay libro malo”, afirma.
La investigadora señala que esta forma de lectura compartida y contextualizada permite un proceso de apropiación en el que cada lector busca y encuentra su propia voz. Programas como el “Librobús en tu Escuela” y las salas de lectura, comenta Alcubierre, ofrecen espacios que contribuyen a la restauración del tejido social, permitiendo que niños y adolescentes desarrollen empatía y construyan comunidad a través de los libros.
Acceso limitado y desafíos
La falta de acceso a libros de literatura infantil y juvenil es uno de los mayores retos que enfrentan las comunidades escolares. Según Luisa Hernández, maestra de educación primaria y promotora de la lectura en su plantel, “los niños son los primeros que piden un libro. No saben bien por qué o para qué, pero si incentivas su imaginación y los reúnes para platicar sobre lo que leyeron, es como abrir la caja de un tesoro, que ya no se vuelve a cerrar”.
Este tipo de espacios compartidos de lectura ayudan a resolver el problema de acceso limitado a libros en el hogar, un lujo que muchas familias no pueden permitirse. Efrén García, promotor de lectura y cuentacuentos en escuelas de la alcaldía Venustiano Carranza, destaca el valor del Librobús en este aspecto: “El que en la escuela puedan elegir un libro que les parezca interesante y llevarlo a casa es importante, porque no sólo lo leen los alumnos, también la mamá, la abuela y el hermanito menor. Hay un proceso colectivo”.
Gracias a estos programas, promovidos por instituciones como el Fondo de Cultura Económica, la lectura en México se está convirtiendo en una herramienta de inclusión social y un puente hacia la libertad de pensamiento y la autonomía. Para Alcubierre y los demás promotores de la lectura, iniciativas como el “Librobús en tu Escuela” no solo impulsan el hábito lector, sino que crean comunidades más unidas y reflexivas.