La SCJN avala la reforma al Poder Judicial y frustra intento de invalidez

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió mantener la reforma al Poder Judicial, tras una larga sesión en la que la ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández, intentó sin éxito cambiar el criterio de votación requerido para declarar su invalidez. El voto del ministro Alberto Pérez Dayán resultó clave para que el grupo liderado por Piña no alcanzara la mayoría necesaria para echar atrás la reforma, lo cual selló el rechazo al proyecto de Juan Luis González Alcántara Carrancá, que buscaba anular elementos de la enmienda, incluyendo la elección de jueces y magistrados por voto popular.

El proyecto de González Alcántara sostenía que la Corte debía intervenir en la revisión de la reforma constitucional, argumentando que se necesitaban seis votos para invalidarla según el artículo 105 constitucional. Sin embargo, Pérez Dayán, junto a las ministras Yasmín Esquivel Mossa, Lenia Batres Guadarrama y Loretta Ortiz Ahlf, defendieron que la SCJN no tiene autoridad para modificar disposiciones que la Constitución no les asigna, postura que hizo imposible alcanzar los ocho votos de mayoría calificada necesarios para anular la reforma.

Durante la sesión, Piña sorprendió al pleno al proponer un cambio de reglas en plena discusión, buscando que seis votos fueran suficientes para invalidar la reforma, en lugar de los ocho tradicionalmente requeridos. Sin embargo, este intento fue rechazado, ya que la mayoría de los ministros consideró que no era apropiado modificar las reglas en medio de la deliberación. Incluso González Alcántara admitió que “las reglas del juego no se establecen en plena jugada”, sugiriendo que cualquier cambio de criterio debía hacerse bajo parámetros previos y claros.

Con una sesión que ya sumaba más de cinco horas, la presidenta Piña expresó visiblemente su frustración. Ante el rechazo de su propuesta, sugirió detener la sesión para reflexionar, dejando en manos del pleno la decisión de continuar o no. Finalmente, tras un receso de una hora y 40 minutos, los ministros retomaron la sesión, ratificando la necesidad de una mayoría de ocho votos para proceder.

Se generaron rumores sobre una posible presión hacia Pérez Dayán, para que apoyara la invalidación del proyecto; sin embargo, él reafirmó su postura, indicando que la invalidación iría en contra de las facultades de la Corte. Su voto decisivo derivó en el rechazo definitivo del proyecto de González Alcántara. Con esto, quedó claro que cualquier intento de declarar inválida la reforma debía alinearse con los principios de control constitucional de la SCJN y no por intereses particulares.

Al concluir la sesión, Piña aceptó que no se alcanzaría el consenso necesario y propuso cerrar el caso sin entrar a un estudio de fondo. Esta decisión dejó en claro que la SCJN, en esta ocasión, no tenía el alcance para anular la reforma constitucional, reafirmando su supremacía en el marco de la Constitución.

Con el voto de Pérez Dayán, la SCJN se inclinó por preservar la reforma, demostrando que las modificaciones constitucionales requieren el consenso y respeto por las facultades asignadas a cada poder. La decisión marca un hito en el Poder Judicial y sienta un precedente en la interpretación de los límites de la SCJN frente a reformas constitucionales.