La Resistencia de los Oficios Tradicionales en la Ciudad de México

En el corazón de la Ciudad de México, un grupo de valientes trabajadores continúa preservando las tradiciones y oficios que han caracterizado a la capital por décadas. Con más de 2,200 trabajadores no asalariados que ejercen desde afiladores y reparadores de calzado hasta vendedores de billetes de lotería y peluqueros de paisaje, estos oficios resisten el embate de la modernidad, manteniendo vivas las prácticas que forman parte esencial del paisaje urbano y cultural de la ciudad.

La Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México ha cerrado recientemente el proceso de resello de licencias-credenciales para estos trabajadores, un paso necesario para que continúen ejerciendo sus actividades con la identidad formal, certeza y protección que merecen. Desde el inicio de año, se han actualizado mil 704 licencias y entregado 98 nuevas credenciales, reflejando el compromiso del gobierno local con el sustento y reconocimiento de estos oficios tradicionales.

Estas credenciales no solo confieren un marco de operación legítimo a los trabajadores no asalariados, sino que también abren puertas a capacitaciones, conocimiento de derechos y obligaciones laborales, y asesoría en caso de conflictos laborales. Esta iniciativa subraya la importancia de estos oficios no solo como medios de subsistencia sino también como elementos vitales de la identidad y patrimonio cultural de la Ciudad de México.

Los oficios tradicionales mencionados en el Artículo 3 del Reglamento para los Trabajadores No Asalariados incluyen una amplia gama de actividades que van desde aseadores de calzado y estibadores, hasta mariachis, músicos y organilleros, pasando por plomeros, fotógrafos, albañiles y vendedores de billetes de lotería. Estas profesiones, en su diversidad, representan el espíritu emprendedor y la resiliencia de los habitantes de la ciudad, adaptándose a los cambios sin perder su esencia.

El requisito de resellar las licencias anualmente, establecido en el Artículo 12 del mencionado Reglamento, garantiza una regulación y orden en el ejercicio de estas actividades, promoviendo así un ambiente de trabajo digno y seguro tanto para los trabajadores como para la comunidad.

La preservación y promoción de los oficios tradicionales en la Ciudad de México no solo es un homenaje a las generaciones pasadas que los ejercieron con orgullo, sino también un reconocimiento a su relevancia en el tejido social y económico actual. Estos trabajadores no solo ofrecen servicios y productos indispensables en la vida cotidiana de la ciudad, sino que también contribuyen a mantener viva una parte fundamental de la historia y cultura mexicanas. Con el apoyo continuo del gobierno y la comunidad, estos oficios perdurarán, desafiando el paso del tiempo y la modernización, como testimonio vivo de la riqueza cultural de México.