La pulpa de aceituna: clave para una ganadería más sostenible en España

La utilización de la pulpa de aceituna como sustituto parcial de cereales y harinas en la alimentación de ganado bovino emerge como una solución innovadora para reducir el impacto ambiental de la industria del aceite de oliva y mejorar la sostenibilidad en la producción de carne y leche. Así lo destacaron los especialistas Andrés Martínez y Carmen Avilés, responsables del proyecto GO Bovinolive en España, en un seminario organizado en colaboración con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Red de Gestión de la Innovación en el Sector Agroalimentario (Red INNOVAGRO).

El proyecto, centrado en aplicar principios de bioeconomía y economía circular en la producción de bovinos, demuestra que la pulpa de aceituna, conocida como orujo graso seco, puede integrarse a la dieta de terneros de cebo y vacas lecheras para optimizar costos y reducir la dependencia de importaciones de materias primas como cereales y harinas de soya. Esta estrategia no solo beneficia al medio ambiente, sino que responde a los desafíos económicos de la ganadería en España, un sector en el que los costos de alimentación representan hasta el 58% del gasto total en vacuno lechero y el 34% en terneros de engorda.

Resultados prometedores

Durante el estudio, se alimentaron 24 terneros de engorda: 12 con una dieta tradicional y 12 con una mezcla que incluía pulpa de aceituna en proporciones del 5% y 10% durante 60 días. Los resultados indicaron que no hubo diferencias significativas en el peso de los animales, ni efectos adversos en su bienestar, ni cambios en la composición de la carne y la leche producida. Esto confirma que es posible sustituir parcialmente los cereales y harinas en la dieta sin afectar la calidad del producto final.

Aunque no se observaron las mejoras en salud esperadas, derivadas del contenido nutricional del olivo (rico en ácido oleico, grasas y fibra), los investigadores enfatizan que la reducción de costos en alimentación y la integración de residuos de la industria aceitera constituyen beneficios fundamentales para la sostenibilidad de la ganadería.

Hacia una ganadería más competitiva

La viabilidad de esta alternativa cobra especial relevancia ante los desafíos que enfrenta la ganadería bovina en España. El precio medio de la leche en el país es un 10% inferior al promedio europeo, lo que limita la rentabilidad de los productores. A esto se suma una alta dependencia de la importación de materias primas, que alcanza el 70% en el caso de cereales y harina de soya.

El uso de la pulpa de aceituna como parte del forraje representa una forma de disminuir estos costos y, al mismo tiempo, fomentar la economía circular al reutilizar un subproducto de la industria aceitera que de otro modo sería desechado.

Un modelo de economía circular

Este enfoque no solo responde a los problemas económicos del sector, sino que también abre camino a una ganadería más respetuosa con el medio ambiente. Al reutilizar un residuo como el orujo graso seco, se contribuye a reducir la contaminación asociada a la producción de aceite de oliva y se avanza hacia un modelo agroalimentario más sostenible y competitivo.

Con proyectos como GO Bovinolive, España demuestra que es posible innovar en el sector ganadero con estrategias que integren eficiencia económica y responsabilidad ambiental, sentando las bases para una producción más resiliente y sostenible.