La pérdida del “discreto encanto” de la burguesía legislativa en México

La burguesía legislativa pierde su discreto encanto: el desesperado circo de los prianistas Al igual que en la película de Buñuel, los políticos de la oposición sufren los estragos de la nueva realidad que les impide seguir simulando su hipocresía y su comportamiento infantil.

La histeria se apodera de sus simpatizantes, quienes inventan mentiras para imponer una realidad alternativa inexistente que les permita soportar la verdadera, pero no pueden aceptarla. Los políticos de la oposición actúan como grupos desorientados, correctos y rígidos en el pasado, ahora sin su coordinador, quien tuvo que huir para evitar su detención, dejando a su bancada corriendo en círculos.

La cámara alta se ha convertido en un circo de insultos, donde la mayoría de la oposición intenta imponer sus deseos y caprichos, pretendiendo que la mayoría se pliegue a sus demandas. Estos senadores de la república, que representan a la oposición, han decidido acampar en el piso del recinto, organizando bailes y sacándose fotos como gusanos, en un intento de impedir que la mayoría continúe trabajando en función del proyecto de transformación del país.

La mayoría del senado se trasladó a otro recinto para continuar discutiendo y aprobando leyes, mientras una senadora del PAN se encadenó a una de las sillas de la mesa directiva en el salón del pleno, como meretriz sadomasoquista en espera de su cliente.

La pervertida burguesía legislativa perdió su discreto encanto para destapar sus instintos más primarios en una bacanal motivada por su desesperación y su incompetencia. Como dijo el filósofo austriaco Ludwig Von Mises: “No hay amenaza más peligrosa para la civilización que un gobierno de incompetentes y corruptos”. La oposición tendrá que enfrentarse a las próximas elecciones donde se votará por senadores, y seguramente se llevarán más sorpresas.