La Mañanera: Un Ejercicio de Comunicación que Transforma la Realidad de México

En los últimos cuatro años, hemos sido testigos de una constante crítica y cuestionamiento hacia las conferencias matutinas del Presidente de México por parte de comentaristas de medios tradicionales. Estas conferencias han sido denostadas, desestimadas e incluso se ha exigido su cancelación, calificándolas como un instrumento de represión utilizado por el gobierno para limitar la libertad de expresión.

Con frecuencia, expertos en los medios convencionales argumentan que estas conferencias son utilizadas como una herramienta para atacar a periodistas y empresarios, que solo están haciendo su trabajo, mientras que otros argumentan que son irrelevantes debido a que no tienen un alcance masivo. Sin embargo, si estas afirmaciones fueran ciertas, ¿por qué habría tanta preocupación por evitar su permanencia?

Es cierto que el alcance de las conferencias matutinas no es tan amplio como el de los medios convencionales, ya que se transmiten solo a través de internet. Pero también es cierto que han causado un gran daño a la imagen de los políticos delincuentes, farsantes y ladrones de cuello blanco que dirigen o colaboran en los medios convencionales. De hecho, han causado mucho más daño del que se esperaría sin el uso de medios masivos para llegar a todo el mundo.

La Mañanera, como se le conoce a estas conferencias matutinas, ha superado en vanguardia a los medios tradicionales en su propio terreno. No solo es un ejercicio diario de información que el gobierno federal utiliza para dar a conocer a la población los avances en su trabajo y sus planes futuros, sino también un instrumento de comunicación que permite cuestionamientos, diálogo y debate con los periodistas que asisten a ella, muchos de los cuales representan a los medios que están en contra del gobierno.

El odio hacia las conferencias matutinas no es casual. Los políticos, oligarcas y medios tradicionales estaban acostumbrados a hablar sin ser cuestionados o desmentidos. Hoy, a través de la Mañanera, las mentiras que antes se contaban se cuestionan, se desmienten y se exhibe a aquellos que las promueven como instrumentos pagados para engañar a la gente y mantener privilegios inmerecidos.

Es cierto que la Mañanera no llega directamente a todo el mundo, pero su contenido se replica por cientos de miles de usuarios en redes sociales, lo que provoca una onda expansiva de la información que se difunde y que tarde o temprano termina por influir en la opinión pública de manera decisiva.

Sin embargo, el valor de la Mañanera no se limita solo a su alcance en redes sociales. Está respaldada por resultados concretos que están cambiando la vida de las personas en México. No solo se habla de programas sociales como lo hacían los gobiernos anteriores, sino que estos programas son reales, se aplican y benefician a quienes los reciben.

No solo se promete el desarrollo de grandes obras, estas realmente se construyen, se inauguran y tienen un impacto positivo en la vida de millones de personas que consiguen empleos o reciben algún tipo de beneficio de su existencia.