La importancia de la soberanía energética en tiempos de crisis

La soberanía energética e independencia son conceptos valiosos que habían sido olvidados durante la era neoliberal. Sin embargo, la guerra en Ucrania y los bloqueos posteriores a Rusia han forzado a Europa a revisar estos valores. La generación de energía es fundamental para el desarrollo económico, social y cultural de cualquier nación, y la posesión y control de la misma es un objetivo estratégico. Durante los últimos 40 años, se ha aconsejado comprar fuera de las fronteras todo aquello que pudiera hallarse más barato y adecuado, lo que ha llevado a la depreciación de las capacidades internas y a la dependencia de otros países. Como resultado, se desmembró a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Petróleos Mexicanos (Pemex), ambos pilares de apoyo para el desarrollo. Ahora, Pemex recupera su capacidad de producción de combustibles y la CFE puede impulsar la generación de energía eléctrica. La compra de las plantas generadoras de Iberdrola no solo permitirá a CFE usarlas, sino que también liberará al erario de los enormes subsidios que transmitía a muchos industriales y comerciantes. Esto eliminará el mercado paralelo y dañino para el país. La reacción conservadora no se ha hecho esperar, asegurando que se compró chatarra a precios elevados, una mentira interesada basada en supuestos miopes. Los beneficios de capital eficiente y utilidades futuras para México son mayúsculos. Iberdrola fue una empresa por demás dañina en muchos sentidos y se aprovechó de la reforma peñista de manera ilegal. La soberanía energética y la independencia son fundamentales para cualquier nación, y su observancia es necesaria para garantizar un suministro continuo, confiable y asequible de energía.