La creciente carga de la deuda pública en México: ¿Un abismo financiero imparable?
México enfrenta una creciente carga por el pago de intereses de su deuda pública, llegando a desembolsar en promedio 2 mil 722.3 millones de pesos diarios. Esta cifra se acerca al presupuesto anual conjunto de la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas destinado a acciones y programas relacionados con derechos humanos. Lo preocupante es que este incremento en el costo del endeudamiento no se está compensando con un aumento proporcional en los ingresos públicos.
Desde mediados de 2021, las tasas de interés han experimentado un incremento acelerado, tanto en el mercado interno como en las principales economías a nivel mundial. Como consecuencia de esta situación, el costo nominal de la deuda pública se ha disparado en un 85.22% en tan solo dos años, mientras que los ingresos solo han crecido un 18.02%, según datos proporcionados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Al analizar estos números en términos reales, una vez descontada la inflación, se observa que los intereses de la deuda pública han aumentado un 63.33%, mientras que los ingresos públicos solo han avanzado un 4.07%. Estas cifras corresponden al periodo de los primeros cuatro meses de 2021.
Como resultado de esta disparidad, la administración pública enfrenta una carga de gastos ineludibles, como participaciones y aportaciones, pensiones y, por supuesto, la deuda. El costo financiero de esta última ha avanzado a un ritmo 15 veces más rápido que los ingresos generados por la recaudación de impuestos y la explotación y venta de petróleo.
La información proporcionada por la Secretaría de Hacienda revela que entre enero y abril de 2021, antes de que el Banco de México iniciara su ciclo de incrementos en la tasa de referencia, se gastaron mil 469.8 millones de pesos en intereses y otros costos relacionados con la administración de la deuda pública. Sin embargo, en el periodo comparable de 2023, esta obligación se ha elevado drásticamente a 326 mil 672.6 millones de pesos.
Es preocupante que la mayor carga de obligaciones no esté siendo compensada por los ingresos generados por la venta de petróleo ni por la recaudación de impuestos. Mientras que entre enero y abril de 2021, los intereses y los demás gastos relacionados con el costo financiero de la deuda representaron el 8.8% de los ingresos públicos, en el periodo comparable de 2023 este porcentaje ha aumentado a un 13.8%.
Aunque se espera que en la segunda mitad de 2023 el aumento en el costo financiero de la deuda sea menos acelerado, debido a la falta de previsiones de incrementos en la tasa de referencia del Banco de México y la Reserva Federal de Estados Unidos, es importante destacar que el efecto de una deuda más elevada ya está teniendo repercusiones en el gasto público. Según los Precriterios de Política Económica presentados por el gobierno federal, se estima un recorte de 117 mil 249 millones de pesos en el gasto programable para el año en curso. Además, según los informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, hasta abril se había registrado un subejercicio de 274 mil 806 millones de pesos en el mismo concepto.
Estos datos reflejan la necesidad urgente de abordar la situación de la deuda pública en México. El crecimiento exponencial de los intereses está generando presiones financieras significativas en el presupuesto gubernamental, lo que lleva a recortes en el gasto programable y a un subejercicio en diversas áreas.
Es fundamental que las autoridades implementen medidas efectivas para fortalecer los ingresos públicos y reducir la dependencia de la deuda. Esto implica promover políticas que fomenten el crecimiento económico, aumenten la recaudación de impuestos de manera equitativa y eficiente, y reduzcan la evasión fiscal.
Además, es crucial mejorar la gestión de la deuda pública, evaluando cuidadosamente los términos y condiciones de los préstamos, diversificando las fuentes de financiamiento y priorizando la inversión en proyectos que generen un retorno económico sostenible.
La transparencia y rendición de cuentas también desempeñan un papel fundamental en este contexto. Es necesario que se brinde información clara y accesible sobre la deuda pública, incluyendo el destino de los recursos y los costos asociados. Esto permitirá una mayor supervisión y control por parte de la sociedad y las instituciones encargadas de velar por el buen uso de los recursos públicos.
Asimismo, es importante fortalecer los mecanismos de control y prevención de la corrupción en el manejo de la deuda pública. La implementación de prácticas de gobierno abierto, auditorías independientes y sanciones efectivas en casos de malversación de fondos son medidas necesarias para garantizar la integridad en la gestión financiera del país.
En conclusión, México enfrenta un desafío significativo en cuanto al pago de intereses de su deuda pública. El aumento acelerado de los costos financieros está generando presiones en el presupuesto y requiere de acciones urgentes. Es crucial fortalecer los ingresos públicos, mejorar la gestión de la deuda, promover la transparencia y rendición de cuentas, y combatir la corrupción. Estas medidas son fundamentales para garantizar la estabilidad económica y el bienestar de la sociedad mexicana.