La corrupción y la impunidad marcaron la política en México: un pasado sombrío que enfrenta un cambio

La corrupción y la impunidad fueron características distintivas de la política en México durante los 40 años anteriores a 2019. Se implementaron todos los mecanismos necesarios para garantizar la impunidad de los actos cometidos por los corruptos, desde cambios en la legislación que redujeron la gravedad de este delito, impulsado por Salinas, hasta la facultad de condonar impuestos que se utilizó con gran liberalidad durante el neoliberalismo.

Cada gobierno se volvía más descarado en la práctica de fraudes, abusos de confianza, despojos, saqueos y robos, respaldados por un sistema neoliberal corrupto. Aunque hubo eventos de corrupción destacados en cada sexenio, algunos se mantienen en la memoria colectiva con gran significación.

Uno de ellos fue la privatización de bancos y empresas en el gobierno de Salinas, que generó 23 de las fortunas más grandes del mundo en ese momento, mencionadas por la revista Forbes en 1995 como algunas de las 500 más grandes del planeta, en manos de mexicanos que ni siquiera soñaban con tal riqueza al inicio de ese sexenio en 1988.

Otro evento inolvidable fue la creación del Fobaproa durante el gobierno de Zedillo, que convirtió las deudas privadas en deuda pública, incluyendo aquellas adeudadas por los nuevos magnates salinistas. Hasta el día de hoy, este rescate nos ha costado a los mexicanos 2 billones de pesos, y aún debemos otro billón, que no liquidaremos hasta 2070.

Durante el gobierno panista de Vicente Fox, además de descubrir el fraude electoral perpetrado a través de la organización clandestina llamada “Amigos de Fox”, también se reveló la pérdida de decenas de miles de millones de pesos en fondos de fideicomisos aduaneros que no ingresaron a la Tesorería de la Federación, desviados por el entonces secretario de Hacienda, Gil Díaz.

En el gobierno de Calderón, la corrupción alcanzó su máximo nivel con la presencia de personajes despreciables como García Luna. Este narcopolicía otorgó contratos para la construcción de 9 reclusorios por más de 333 mil millones de pesos, a un costo de 37 mil millones por reclusorio, superando el costo de la Torre Bancomer de Reforma. Acumuló una fortuna estimada en alrededor de 20 mil millones de pesos.

Con Peña Nieto, la corrupción se volvió el modus operandi del gobierno. Los casos de Odebrecht, Agronitrogenados, contratos inflados para la compra de medicinas y el uso de facturas falsas acumularon cientos de miles de millones de pesos en beneficio de los corruptos y ladrones de cuello blanco.

Durante todos estos sexenios, no se presentó ni una sola denuncia ni se persiguió a funcionarios para que enfrentaran la justicia por sus atracos en colusión con los traficantes de influencias.