Judith Reyes: una voz de resistencia que entrelaza música, política y lucha social
La figura de Judith Reyes, destacada compositora, cantante, escritora y periodista, se mantiene vigente a través de su compromiso político y su capacidad para utilizar la música como una herramienta de resistencia y apoyo a las luchas populares. Así lo explicó la historiadora Liliana García Sánchez, autora de Cantar de fuego: Judith Reyes (1924-1988), una obra conmemorativa del centenario del nacimiento de la artista. García Sánchez presentó un profundo análisis sobre la influencia de Reyes en la música tradicional mexicana y su papel en los movimientos sociales de su tiempo.
Judith Reyes, nacida en Tamaulipas, fue una mujer que hizo de su arte un medio para dotar de signos y símbolos a las luchas populares. Su uso del corrido, el huapango, el son y la marcha no fue casual, sino una postura política definida. La antropóloga Liliana García destacó que Reyes “retomaba la belleza de estas músicas tradicionales, pero las cargaba de contenido histórico y político”, con la intención de brindar un apoyo moral a campesinos, trabajadores e indígenas en su lucha por la justicia social.
La obra de Reyes tiene una vigencia que trasciende su época. Temas actuales como las desapariciones, los presos políticos y los defensores de la tierra siguen presentes en el discurso de resistencia que ella promovió, lo que confirma el impacto histórico de sus canciones. García Sánchez señaló que Judith Reyes enfrentó una realidad rural marcada por movimientos campesinos y normalistas, como los de Ayotzinapa, que resuenan en las luchas contemporáneas. Su música fue, y sigue siendo, un reflejo del México profundo y sus batallas sociales.
El libro de García Sánchez, que se presentará el 22 de noviembre en el café galería La Resistencia en Ciudad de México, también se presentará en Chihuahua, Tamaulipas, Querétaro e Hidalgo, ofreciendo a nuevos públicos una visión detallada del legado de Judith Reyes. La autora subraya cómo Reyes, más allá de su trabajo como cantante, también fue una periodista comprometida con las luchas campesinas del norte de México. Fundadora del periódico Acción, voz revolucionaria del pueblo, mantuvo vinculados a diversos movimientos sociales, contribuyendo no solo con su música, sino también con su labor informativa.
Reyes tuvo la oportunidad de alcanzar fama comercial con éxitos como La parranda larga, popularizada por Jorge Negrete. Sin embargo, renunció a esa vida para dedicarse a las causas que le apasionaban, mostrando una congruencia poco común entre su ideología y su arte. Esa decisión la llevó a estar “de a pie” junto a los campesinos en sus caravanas y tomas de tierras, experiencias que luego se transformaron en parte de su obra musical.
Judith Reyes fue una mujer adelantada a su tiempo, unida a las causas feministas aunque no se identificara directamente con ellas. En sus canciones y acciones, abogaba por los valores que hoy se asocian con los derechos de las mujeres, en lo laboral, político y familiar.
El trabajo de Liliana García Sánchez busca, en última instancia, reivindicar la figura de Reyes, sacarla del “casi olvido” en el que cayó tras su muerte y devolverle su lugar en la historia de la música y la lucha social en México. Según García, Reyes no buscaba el espectáculo, sino “plantar una semilla de saber y comprensión histórica”. A través de esta obra, Judith Reyes vuelve a resonar como una de las voces más importantes en la defensa de la justicia social en México.