Industria manufacturera mexicana: desafíos y avances en un contexto global complejo
En un panorama económico marcado por retos globales y nacionales, el sector manufacturero de México no es ajeno a las fluctuaciones. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se ha observado una tendencia decreciente en el personal ocupado en la industria manufacturera, con un retroceso mensual en noviembre. Este dato, sin embargo, debe interpretarse dentro de un contexto más amplio y multifacético de la economía mexicana y global.
El informe del Inegi, basado en los Indicadores del Sector Manufacturero (Emim), señala que en noviembre pasado el índice se situó en 103 puntos, lo que representa un descenso del 0.2% con respecto a octubre, marcando así el quinto mes consecutivo de disminuciones. Asimismo, en una comparación anual, el crecimiento del personal ocupado mostró una contracción del 1.2% frente al mismo mes de 2022, siendo esta la tercera caída consecutiva y la más significativa del año.
Analizando más detalladamente, las cifras del personal ocupado en roles de obrero y técnicos en producción reflejaron una caída mensual y anual de 0.2% y 0.8%, respectivamente. Por su parte, los empleados administrativos mantuvieron su nivel con respecto al mes anterior, aunque con un aumento del 1.8% en comparación con noviembre del año pasado, aunque mostrando una tendencia de desaceleración.
Otro aspecto que cabe destacar es el empleo no dependiente de la razón social, el cual no presentó crecimiento en noviembre, siguiendo una caída mensual del 7.8% en octubre y un descenso anual del 32.1% en noviembre del año anterior.
Pese a estos desafíos, hay indicadores positivos. Las horas trabajadas disminuyeron un 0.5% a tasa mensual, pero las remuneraciones medias reales pagadas (incluyendo sueldos, salarios y prestaciones sociales) experimentaron un crecimiento del 1%. Además, las remuneraciones medias reales aumentaron un notable 6.2%.
Desglosando por categoría, las horas trabajadas por el personal no dependiente de la razón social disminuyeron un 1.2%, mientras que para el personal dependiente la disminución fue del 0.5%. En el caso de obreros y técnicos en producción, la baja fue del 0.7%, y para empleados administrativos, contables y de dirección, del 0.5%.
En cuanto a las remuneraciones, se observó un incremento del 1% para el personal dependiente de la razón social. Los salarios pagados a obreros y técnicos en producción aumentaron un 1.1%, mientras que para empleados administrativos, contables y de dirección, el aumento fue del 0.3%. Las prestaciones sociales, contribuciones y utilidades crecieron un 1.1%. Sin embargo, las remuneraciones al personal no dependiente cayeron un 1.7%.
Estos datos reflejan una industria en transformación, enfrentando retos globales pero también mostrando áreas de crecimiento y adaptación. La economía mexicana, y particularmente
su sector manufacturero, se encuentra en un proceso de ajuste, buscando equilibrios entre la eficiencia productiva y la sostenibilidad laboral. La coyuntura actual demanda estrategias que fortalezcan la industria y protejan el empleo, siempre con una visión hacia el futuro.
En este sentido, es fundamental reconocer que, a pesar de las caídas en el empleo y las horas trabajadas, el aumento en las remuneraciones medias reales representa un signo positivo. Este incremento sugiere un esfuerzo por mejorar las condiciones laborales y la calidad de vida de los trabajadores, lo cual es crucial en el contexto actual de desafíos económicos y sociales.
Asimismo, la resiliencia del sector manufacturero ante estos desafíos se ve reflejada en su capacidad para mantener ciertos niveles de empleo y adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. El Gobierno de México, consciente de estas circunstancias, continúa trabajando en políticas y programas destinados a impulsar el crecimiento económico, la creación de empleo y el desarrollo sostenible.
Este panorama nos lleva a una reflexión más amplia sobre la economía mexicana y su capacidad de adaptación y transformación ante los retos globales. La industria manufacturera, como pilar fundamental de la economía, tiene ante sí el reto de evolucionar, incorporando tecnologías emergentes y prácticas sostenibles que no solo impulsen la producción, sino que también garanticen empleos de calidad y bienestar para los trabajadores.
Finalmente, es imperativo mantener una perspectiva equilibrada y constructiva. Aunque los desafíos son evidentes, también lo son las oportunidades de crecimiento y mejora. La industria manufacturera de México está demostrando su capacidad para enfrentar estos desafíos, adaptarse a los cambios y seguir siendo un motor vital para la economía del país.