Incendio consume el icónico restaurante La Cabaña de Caleta en Acapulco
La noche del lunes, el emblemático restaurante La Cabaña de Caleta, ubicado frente a la playa de Caleta en la zona tradicional de Acapulco, fue consumido por un incendio que dejó el lugar completamente destruido. El siniestro, reportado poco después de las 10 de la noche, movilizó a bomberos municipales y estatales, así como a la Guardia Nacional y agentes de la Fiscalía General del Estado. Afortunadamente, no se reportaron pérdidas humanas ni personas lesionadas.
El incendio fue atendido de manera rápida por los equipos de emergencia, quienes recibieron la alerta a las 10:37 p.m. a través de la línea de emergencia 911, informó la Coordinación General de Protección Civil y Bomberos de Acapulco. Sin embargo, hasta el momento se desconocen las causas que provocaron el fuego, y las autoridades no han emitido un comunicado oficial sobre el origen del incidente.
Este lamentable suceso se suma a una serie de incendios que han afectado diversos restaurantes y locales en las playas de Acapulco en lo que va del año. Entre los más recientes se encuentran los incendios que destruyeron los restaurantes Bambú y Tío Alex en la playa de la Condesa el 8 de mayo, y el fuego que consumió la palapa del restaurante de mariscos Pacos el 17 de agosto en la avenida Costera Miguel Alemán.
Además, el pasado 17 de julio, un incendio destruyó una enramada de 70 metros cuadrados en la playa Papagayo, conocida como Mi vereda tropical, que albergaba tres locales comerciales. Otro caso notable fue el incendio del restaurante Kalei el 9 de febrero en la playa El Morro, y previamente, el 3 de abril, la palapa del parque acuático El Rollo en la playa Icacos también fue consumida por el fuego.
A pesar de la rápida respuesta de las autoridades en estos incidentes, las causas de los incendios siguen sin ser esclarecidas, lo que genera preocupación entre los propietarios de negocios en la zona y las autoridades locales. La destrucción de estos establecimientos no solo representa una pérdida económica significativa para sus dueños, sino también un golpe al turismo y la oferta gastronómica de Acapulco, uno de los destinos más importantes del país.