Inauguración del FIT: Un Nuevo Horizonte para el Sur-Sureste de México

Este viernes marca un hito significativo para el desarrollo económico de México con la inauguración del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), un componente esencial del Corredor Interoceánico y proyecto emblemático del presidente Andrés Manuel López Obrador. Este ferrocarril, extendiéndose a lo largo de 1,200 kilómetros, conectará Salina Cruz, Oaxaca, con Coatzacoalcos, Veracruz, incluyendo enlaces con el puerto de Dos Bocas, Tabasco, y el Tren Maya en Palenque, Chiapas, así como una conexión entre Ixtepec, Oaxaca, y Ciudad Hidalgo, Chiapas.

El FIT no solo promete ser un canal vital para el transporte de mercancías y pasajeros, sino también un catalizador para la industrialización del sur-sureste mexicano. La integración de los océanos Atlántico y Pacífico a través de este corredor férreo facilitará la exportación hacia el sureste de Estados Unidos. Además, alrededor de esta infraestructura, se desarrollarán diez polos industriales con atractivos incentivos fiscales, propiciando un ambiente favorable para la instalación de diversas empresas.

El presidente López Obrador ha reiterado en múltiples ocasiones que el Corredor Interoceánico, incluyendo el FIT, tiene como objetivo principal revertir la marginación económica y social de la región sur-sureste del país, históricamente olvidada por administraciones anteriores. En línea con esta visión, la Secretaría de Economía (SE) ha anunciado inversiones significativas en la región, destacando los primeros cinco Polos de Desarrollo del CIIT con anuncios de inversión que ascienden a unos 7 mil millones de dólares.

Un ejemplo destacado de la confianza en este proyecto es la inversión de 10 mil millones de dólares de una empresa danesa en un polo de desarrollo para la producción de hidrógeno verde, lo que subraya el compromiso con la energía limpia y la innovación tecnológica.

Sin embargo, el proyecto no está exento de desafíos. Comunidades de Oaxaca y Veracruz han expresado su preocupación por la posible afectación al medio ambiente y a sus territorios. Organizaciones como la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni) han solicitado al presidente la atención a los problemas generados por las obras del FIT, especialmente en las comunidades ayuujk y mixes. Además, la incorporación de líneas férreas de Ferrosur de Grupo México al proyecto, tras negociaciones que culminaron en un acuerdo con el gobierno federal, subraya la complejidad del proyecto.

A pesar de estos retos, el optimismo prevalece en el sector empresarial. Según el Banco de México, los estímulos fiscales en la región impulsarán significativamente la inversión privada. Estos incentivos incluyen una depreciación acelerada de la inversión, descuentos significativos en el IVA y el ISR, diseñados para fomentar el desarrollo económico y la creación de empleos.

El concepto de “nearshoring”, según Arturo Carvajal de MAAT Asesores, se verá beneficiado por estos incentivos, mejorando el clima de inversión en México y haciéndolo más competitivo a nivel global. Elena Achar, de ProIstmo, resalta la certeza y el interés mundial en el proyecto, enfatizando la importancia de una inversión bien planeada y organizada.

Finalmente, Raquel Buenrostro, titular de la SE, estima que el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec podría contribuir con hasta 5 puntos adicionales al PIB del país. La inauguración del FIT representa un paso crucial en este ambicioso megaproyecto, que aún espera la licitación de cinco polos de desarrollo adicionales.