Importante blindar la tortilla mexicana ante el riesgo de maíz transgénico

Ciudad de México. En un contexto marcado por el incremento de las importaciones de maíz blanco procedente de Estados Unidos —que alcanzarán las 400 mil toneladas en junio—, el Consejo Rector de la Tortilla Tradicional de México alzó la voz ante el riesgo de que dicho grano, presuntamente transgénico, termine en la mesa de las familias mexicanas.

En entrevista con La Jornada, Blanca Estela Mejía Castillo, representante legal de la organización, expresó su profunda preocupación por esta situación y llamó a las autoridades a tomar acciones urgentes para armonizar el marco legal que rige la producción y comercialización del maíz en el país. Subrayó que es necesario actualizar la legislación en concordancia con las recientes reformas a los artículos 4° y 27 de la Constitución, con el fin de proteger la producción nacional de tortillas y la salud de la población.

Mejía Castillo insistió en que la armonización legal debe contemplar la Ley General de la Alimentación Adecuada y Sostenible, así como la Ley del Maíz Nativo, cuyos reglamentos aún están pendientes de publicación. Además, destacó la importancia de actualizar y aplicar la Norma Oficial Mexicana 187, que regula la masa y la tortilla de maíz.

Actualmente, advirtió la representante del Consejo, existe una gran incertidumbre respecto a la calidad del maíz que llega a los molinos del país. “No sabemos si contiene glifosato, qué métodos de cultivo se utilizaron ni su verdadero origen”, alertó. Esta opacidad en la cadena de distribución es resultado directo de la necesidad de importar maíz debido a las bajas cosechas nacionales.

El fenómeno tiene su raíz en las condiciones climáticas adversas que han afectado a los principales estados productores, como el Bajío y Sinaloa. En este último, se estima una producción de apenas 1.5 millones de toneladas para este año, muy por debajo de su capacidad habitual. “La sequía ha deteriorado las cosechas y los rendimientos son pobres debido a la falta de agua”, lamentó Mejía Castillo.

A esto se suma el impacto en los productores nacionales, quienes enfrentan mayores dificultades para comercializar su grano debido a la competencia con el maíz importado. “El mercado internacional ha desplazado buena parte de nuestras ventas”, señaló.

Por ahora, el precio de la tortilla se ha mantenido estable en los mostradores del país: en la zona centro cuesta en promedio 22 pesos por kilo, aunque en otras regiones puede llegar a los 30 pesos. Sin embargo, Mejía Castillo advirtió que los costos para los productores sí han registrado un aumento, con la tonelada de maíz alcanzando casi los 8 mil pesos en el mercado libre. Las diferencias de precio también responden a la calidad del grano y a los costos logísticos, dependiendo de su procedencia —ya sea de Sinaloa o del Bajío—.

El Consejo Rector de la Tortilla Tradicional reiteró su llamado al Gobierno de México a fortalecer la defensa del maíz nativo y garantizar que la tortilla, símbolo fundamental de la cultura y la alimentación nacional, siga siendo un producto sano y auténticamente mexicano.