Hugo López-Gatell: Herencia de Rebeldía y Compromiso con la Salud Pública

Hugo López-Gatell, el médico y funcionario que lideró la estrategia sanitaria en México durante la pandemia de covid-19, es una figura moldeada por una historia de resistencia, dignidad y una herencia de lucha social que se refleja en su vida y en su carrera. Con raíces en una familia de médicos y militantes antifranquistas, López-Gatell ha sido guiado por un profundo sentido de justicia social, legado de su abuelo republicano, Francisco López-Gatell Comas, quien se exilió de España tras combatir el franquismo.

Desde muy joven, López-Gatell comprendió la importancia de actuar ante las injusticias. Su abuelo, quien sufrió prisión y persecución durante la Guerra Civil Española, le transmitió una historia de dignidad y resistencia. Su padre, Francisco López-Gatell Trujillo, también enfrentó el exilio y se convirtió en un prestigioso urólogo en México. Este legado fue también enriquecido por su madre, Margarita Ramírez, quien alentó a López-Gatell y a sus hermanos a desarrollar una visión amplia de la vida, fomentando en ellos el amor por el arte y la literatura.

El mismo López-Gatell reconoce que su interés en el activismo y la salud pública surgió durante su adolescencia, mientras participaba en actividades de alfabetización en Michoacán. Esta experiencia fue el punto de inflexión que lo llevó a interesarse profundamente en la salud y en la justicia social. Al iniciar su carrera en medicina en la UNAM, se consolidó como activista, reflejando así su necesidad de cuestionar el statu quo y de retar cualquier forma de poder que, a su juicio, atentara contra la dignidad y el bienestar de las personas.

Durante la crisis sanitaria provocada por el covid-19, López-Gatell enfrentó uno de los retos más complejos de su vida profesional. La estrategia que diseñó estuvo profundamente influida por sus ideales éticos, como él mismo menciona, impulsada por su compromiso de generar políticas públicas justas. Sin embargo, reconoce que las condiciones estructurales del sistema de salud mexicano, deteriorado por décadas de políticas neoliberales, representaron una gran limitante. “Desde 1984, el sistema de salud fue sistemáticamente desmantelado por administraciones neoliberales que privilegiaron la privatización y redujeron el presupuesto”, declaró López-Gatell, subrayando que esas deficiencias estructurales se evidenciaron dolorosamente durante la pandemia.

A pesar de las dificultades, López-Gatell trabajó de la mano con el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien considera un aliado en la búsqueda de justicia social. Este alineamiento, señaló, le brindó respaldo y motivación para implementar medidas que evitaran el colapso económico de millones de familias mexicanas, optando por estrategias que equilibraran la protección de la salud y el sustento de la población. “Desde el principio, López Obrador comprendió la importancia de evitar un confinamiento absoluto que desamparara a los trabajadores informales”, apuntó López-Gatell.

Además, López-Gatell reveló las dificultades que enfrentó para proveer a los médicos y personal de salud con equipo de protección adecuado debido a la dependencia de la industria extranjera. La escasez de materiales, explica, fue un problema global que México sufrió con intensidad, en parte debido a las reglas económicas internacionales vigentes, que imposibilitaron negociar con empresas extranjeras para abastecer de material a la primera línea de defensa en la pandemia.

Con un fuerte sentido ético y una clara vocación de servicio público, Hugo López-Gatell ve su vida como una continuidad de la lucha de su abuelo y su padre, quienes también desafiaron los poderes establecidos en su tiempo. “La injusticia y la agresión contra la dignidad humana precipitan en mí la necesidad de actuar”, afirma. A sus 55 años, López-Gatell continúa el legado de rebeldía y compromiso de su familia, convencido de que la transformación de la sociedad y la justicia social son el camino para mejorar la salud y el bienestar de todos los mexicanos.