Hospitales del Istmo se movilizan: exigen insumos y atención urgente a la salud pública

Oaxaca, Oax.— En una acción colectiva en defensa del derecho a la salud, personal médico y administrativo de al menos siete hospitales de la región del Istmo de Tehuantepec inició este martes un paro de labores, como medida de presión ante la falta de insumos, medicamentos y equipo indispensable para atender a la población.

La protesta, anunciada desde el pasado viernes, responde a un contexto de carencias que han afectado severamente la operatividad de clínicas y nosocomios en esta región del sureste mexicano. Sin embargo, los trabajadores de la salud acusan que, a cuatro días de la advertencia, no han recibido respuesta concreta por parte de las autoridades federales ni estatales.

Édgar Carrasco Martínez, secretario general de la subsección 02 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), perteneciente a la Sección 35, explicó que esta situación ya ha rebasado los límites tolerables, pues las deficiencias están impactando directamente en la atención médica que reciben los ciudadanos del Istmo.

“Hay demasiadas carencias que están afectando a la salud de la población”, afirmó el líder sindical, quien ha encabezado los esfuerzos de diálogo y denuncia ante la creciente precariedad de las condiciones hospitalarias.

Los trabajadores señalan la falta de acción del IMSS-Bienestar, programa que ha sido clave en el nuevo modelo de atención médica impulsado por el Gobierno de México, así como la ausencia de respuesta por parte de las autoridades estatales encabezadas por el gobernador Salomón Jara Cruz.

Los hospitales involucrados reportan condiciones críticas: carencia de medicamentos esenciales, insumos quirúrgicos insuficientes y equipos médicos deteriorados o inservibles. A esta problemática se suman los retos operativos diarios como fallas en el suministro eléctrico, agua potable y personal insuficiente para cubrir turnos.

A pesar del paro, el personal médico ha reiterado su compromiso con la población al mantener operativos los servicios de urgencias, partos y áreas críticas, buscando no comprometer la salud de quienes requieren atención inmediata.

Este movimiento surge no como un acto de confrontación, sino como una exigencia legítima para mejorar la atención médica y garantizar condiciones dignas tanto para los trabajadores de la salud como para los pacientes. Es también un llamado a reforzar la estrategia de salud en zonas históricamente marginadas y a cumplir con la promesa de una transformación profunda en los servicios públicos.

El Gobierno de México ha demostrado apertura al diálogo y sensibilidad social en otras regiones del país, por lo que los trabajadores confían en que pronto se dará una respuesta institucional que atienda de raíz las necesidades del sector salud en el Istmo oaxaqueño. La justicia social comienza por garantizar el derecho humano a la salud, y las voces del Istmo exigen ser escuchadas con urgencia y responsabilidad.