Hacia una gestión sustentable del agua: la Semarnat y el Plan Nacional Hídrico 2024-2030

La urgente necesidad de una gestión equitativa y sustentable del agua en México es una realidad ineludible. Tras más de una década de espera para reformar la Ley de Aguas Nacionales, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), encabezada por Alicia Bárcena, se ha comprometido a actualizar esta legislación para garantizar el cumplimiento del Plan Nacional Hídrico 2024-2030. Este plan busca enfrentar los retos del cambio climático, las sequías extremas y el estrés hídrico que afectan a millones de personas en el país.

La titular de la Semarnat reconoció que, a pesar de ser una “secretaría pequeña” con una reducción presupuestal del 40% para 2025, se está trabajando minuciosamente en la revisión de la legislación actual y su reglamento, en coordinación con la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Este esfuerzo es un mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, con el fin de establecer un equilibrio en el uso del agua en el país.

Actualmente, 76% del agua en México se destina a la agricultura, 14% al abastecimiento público-urbano, 5% a la industria y 5% a la generación de energía eléctrica, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Ante esta distribución, es necesario regular las más de 360 mil concesiones otorgadas desde 1992, cuando la Ley de Aguas Nacionales permitió la entrega masiva de permisos a privados, transformando el agua en un recurso económico.

Bárcena subrayó que las concesiones han sido fuente de controversia debido a prácticas ilegales, como la venta de agua a particulares o la extracción desmedida que afecta a comunidades enteras. Por ello, una parte fundamental del Plan Nacional Hídrico es el acuerdo para que empresas y distritos de riego entreguen sus excedentes de agua, permitiendo así garantizar el acceso en escenarios de crisis por sequía o en aras de la sustentabilidad alimentaria.

Gracias a negociaciones recientes, 67 distritos de riego se comprometieron a devolver 2 mil 800 millones de metros cúbicos de agua, lo que equivale al consumo de la Ciudad de México durante tres años. Asimismo, 75 empresas acordaron devolver 126 millones de metros cúbicos e invertir 21 mil millones de pesos en infraestructura para tratar y reutilizar el agua en procesos industriales y comunitarios.

Uno de los objetivos más relevantes es la tecnificación del riego agrícola. Con esta medida, que beneficiará a 225 mil productores, se logrará un uso más eficiente del agua y se podrán incrementar las cosechas hasta un 50%. Además, la Semarnat trabajará en la digitalización y simplificación de trámites de concesiones para garantizar la transparencia y el uso responsable del recurso.

En el ámbito del saneamiento, la Semarnat tiene como meta la restauración de ríos gravemente contaminados, como el Lerma-Santiago, Tula y Atoyac. Estos cuerpos de agua han sufrido durante años por descargas de aguas negras e industriales. Además, se contempla un plan de remediación para el río Sonora, afectado por el derrame de metales pesados de Grupo México en 2014, que impactó a 22 mil personas y generó problemas de salud crónicos en las comunidades.

Como parte del segundo piso de la Cuarta Transformación, el gobierno federal reafirma su compromiso con una gestión hídrica justa y sustentable. Se incorporarán comités independientes al Plan Nacional de Desarrollo para asegurar una participación ciudadana efectiva y cumplir con las demandas de las comunidades afectadas. Entre otras acciones prioritarias para 2025, se encuentra la creación de un parque de ecología y economía circular en Tula, el desarrollo de una Plataforma de Acción para Plásticos y la atención a la deforestación en la Península de Yucatán.

El esfuerzo conjunto entre la Semarnat, la Conagua y el Congreso permitirá consolidar una legislación moderna y efectiva, donde el agua sea reconocida y protegida como un derecho humano y no solo como un recurso económico. La actualización de la Ley de Aguas Nacionales y el cumplimiento del Plan Nacional Hídrico representan un paso firme hacia la sustentabilidad y el bienestar de todas y todos los mexicanos.