Hacia la Justicia y Equidad para los Técnicos Académicos de la UNAM
En una decisión que promete marcar un antes y un después en la historia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el rector Leonardo Lomelí Vanegas ha puesto en la agenda prioritaria del año la reforma de la figura de los técnicos académicos. Este sector, fundamental en el desarrollo académico y científico de la institución, podría estar a punto de vivir una transformación significativa que reivindique su valor y contribución a la comunidad universitaria.
Durante años, los técnicos académicos han sido tratados como maestros de segunda, una situación que no solo refleja una injusta valoración de su labor sino que también se traduce en diferencias salariales y de derechos frente a sus colegas dedicados de lleno a la docencia o la investigación. Este grupo de trabajadores, cuyo número ha experimentado un crecimiento notable en las últimas décadas, desempeña un papel crucial en la docencia, la investigación y la difusión de la cultura, funciones que cumplen con el mismo rigor y dedicación que cualquier otro miembro del personal académico.
La actual normativa que regula la actividad de los técnicos académicos, contenida en el Estatuto General de la UNAM y el Estatuto del Personal Académico, es vaga y los relega a un plano de auxiliares de investigación y docencia. Este reconocimiento limitado de su aporte real a la vida universitaria ha motivado al rector Lomelí a considerar urgente la necesidad de reformar dicha figura, en busca de equiparar sus derechos y beneficios con los de otros académicos.
Valeriano Ramírez, técnico académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, destaca la diversidad de tareas que muchos de sus colegas realizan, las cuales van más allá de simples labores técnicas, abarcando la enseñanza, la investigación, la publicación de libros y artículos, y la participación en conferencias. Sin embargo, esta carga de trabajo no se ve reflejada en una remuneración o reconocimiento igualitario.
La situación de los técnicos académicos es un reflejo de las complejidades y desafíos que enfrenta la UNAM en su esfuerzo por adaptarse a las necesidades cambiantes del entorno académico y social. La propuesta de reforma, que ha sido postergada en ocasiones anteriores, apunta a ser un acto de justicia largamente esperado por estos trabajadores.
El rector Lomelí ha anunciado que la reforma es inminente y se encuentra ya en proceso de análisis, con una propuesta en desarrollo que será discutida con los consejeros universitarios. Este proyecto de reforma, que busca actualizar y precisar el rol de los técnicos académicos dentro de la estructura universitaria, podría finalmente reconocer su contribución esencial y garantizar una equidad de condiciones laborales y salariales.
La iniciativa de Lomelí no solo evidencia un compromiso con la justicia y la equidad dentro de la UNAM sino que también refleja la importancia de adaptar las instituciones educativas a las realidades del siglo XXI, donde la colaboración, el reconocimiento de todas las formas de contribución académica y la justa retribución son fundamentales para el avance y la excelencia universitaria.
En este contexto de cambio y mejoramiento, la UNAM se prepara para abrir un nuevo capítulo en su historia, uno donde todos sus miembros sean valorados equitativamente, reafirmando su posición como líder en la educación superior de México y como un modelo de justicia laboral en el ámbito académico.