Guardianes de la Cultura Luchan por el Retorno del Códice Borbónico a México

El colectivo Guardianes de la Cultura Ancestral de Ixmiquilpan, Hidalgo, ha lanzado una histórica campaña para lograr la restitución del Códice Borbónico, un manuscrito que resguarda las tradiciones y rituales del Valle del Mezquital y que desde 1826 permanece en la Biblioteca del Palacio Borbón, sede de la Asamblea Nacional de Francia. La iniciativa, que incluye la recolección de firmas, tiene como meta presentar una solicitud formal al gobierno francés en la primavera de 2025.
Emilia Mendoza Espinoza, activista y promotora de esta causa, destacó que el Códice Borbónico no es solo un objeto histórico, sino un símbolo vivo de la identidad y memoria de los pueblos originarios. “Este fragmento fundamental de nuestra historia debe regresar a su lugar de origen”, enfatizó Mendoza, quien también subrayó que este esfuerzo representa una lucha por la justicia cultural y la preservación del legado de las comunidades otomíes.
Un símbolo de identidad comunitaria
El Códice Borbónico documenta prácticas ancestrales, como el encendido de los hachones, una tradición que sigue viva en localidades como San Nicolás y que constituye un eje central de la identidad comunitaria. Este ritual, consistente en procesiones con manojos de cactus secos encendidos, ha perdurado desde tiempos prehispánicos y refleja la riqueza cultural del Valle del Mezquital.
Guardianes de la Cultura, parte del Frente Nacional de Defensa de la Cultura Ancestral, ha trabajado incansablemente para sensibilizar a las comunidades locales y a las autoridades sobre la relevancia del códice. En 2023, lograron que el diputado francés Éric Coquerel recibiera una solicitud formal para la devolución del manuscrito. Además, figuras como la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller han mostrado su respaldo.
Impacto social y unidad comunitaria
La campaña no solo busca la devolución del códice, sino que también ha fortalecido la cohesión social en el Valle del Mezquital. Las asambleas comunitarias organizadas en torno a este tema han generado un profundo sentido de pertenencia entre los pobladores. Mendoza afirmó que, de regresar el códice, su divulgación abarcará toda la región, permitiendo que las nuevas generaciones reconozcan sus raíces y sigan aprendiendo de las tradiciones de sus ancestros.
“Cuando el códice regrese, lo vamos a integrar de nuevo a nuestras vidas. Lo compartiremos con nuestros hijos para que sigan aprendiendo quiénes somos y de dónde venimos”, añadió Mendoza, quien también hizo un llamado a la voluntad política para que este patrimonio regrese a México.
Respaldo internacional y desafíos históricos
Recientemente, el diario francés Le Monde destacó esta lucha y señaló que las instituciones francesas poseen la segunda mayor colección de códices mexicanos después de la que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología. Aunque París ha rechazado previamente solicitudes similares, diputados del grupo La Francia Insumisa han manifestado su apoyo a la causa del pueblo ñahñú.
La restitución del Códice Borbónico se suma a otros casos emblemáticos, como el penacho de Moctezuma en Austria, y reaviva el debate sobre la justicia cultural y el derecho de los pueblos a recuperar su patrimonio. Mendoza subrayó que México cuenta con museos de primer nivel, como el Museo Nacional de Antropología, capaces de conservar adecuadamente estos bienes.
El regreso del códice no solo sería un triunfo para los otomíes, sino para toda la nación mexicana, marcando un paso crucial hacia la reivindicación de su identidad y memoria histórica. “Seguimos en pie de lucha”, concluyó la activista, recordando que el patrimonio cultural debe ser protegido y valorado como parte esencial de la historia de los pueblos originarios.