Grave crisis en la industria cañera: llaman a fortalecer sector estratégico para México
La industria cañera mexicana enfrenta uno de los momentos más complicados de las últimas décadas. Con una caída del 10 por ciento en el precio por tonelada de azúcar, un desplome del 35 por ciento en el consumo per cápita en los últimos 30 años, y mercados internos “adormilados” por la saturación de fructosa importada, el sector azucarero vive hoy un escenario preocupante que afecta directamente a más de 14 por ciento de la población de estados clave como Veracruz.

Carlos Blackaller Ayala, presidente de la Unión Nacional de Cañeros de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales, explicó en entrevista que, a pesar de una oferta adecuada del endulzante, el mercado nacional “no responde favorablemente”, con precios que rondan los 18 mil pesos por tonelada en el mercado de mayoreo, cuando deberían superar los 20 mil pesos para garantizar rentabilidad a los productores.
El dirigente precisó que la producción para este ciclo 2024-2025 rondará los 4 millones 780 mil toneladas, una cifra significativamente menor al promedio de 5 millones 500 mil, mientras que la zafra estima apenas 46 millones de toneladas de caña, muy por debajo de las 50 millones habituales. Esto implica una disminución de aproximadamente 25 por ciento respecto al ciclo anterior, lo que deja pérdidas de 10 mil pesos por hectárea para los productores y afecta especialmente a regiones como Veracruz, donde se concentra el 38 por ciento de la producción nacional de azúcar.
Ante esta crisis, Blackaller anunció que se han convocado reuniones urgentes con autoridades federales, la primera de ellas celebrada el pasado 23 de mayo con Julio Berdegué, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), así como representantes de las Secretarías de Economía y de Hacienda, para coordinar estrategias que blinden a este sector estratégico y frenen el deterioro de su cadena productiva.
Una de las principales preocupaciones de los productores es el desbalance en el mercado binacional con Estados Unidos, pues mientras México exportará este año apenas 425 mil toneladas de azúcar —en su mayoría a precios castigados por prácticas de dumping—, se importarán 1 millón 100 mil toneladas de fructosa estadounidense, lo que ha desplazado al azúcar de caña mexicana y ha reducido de manera alarmante su consumo interno, pasando de 48 kilos per cápita hace 30 años a apenas 31 kilos actualmente.
Además, Blackaller señaló que las campañas de salud y los actuales etiquetados en alimentos industrializados contribuyen a la estigmatización del azúcar de caña natural, mientras se ignora que muchos ultraprocesados utilizan fructosa y otros edulcorantes que no están adecuadamente regulados. Por ello, hizo un llamado a las Secretarías de Salud y de Educación para que ajusten sus campañas de orientación alimentaria y sus políticas de etiquetado, con base en información científica más justa, que permita proteger a la industria cañera sin descuidar la salud pública.
Finalmente, el líder cañero alertó que la crisis se agrava por los estragos del cambio climático, con regiones productoras cada vez más expuestas a sequías extremas o lluvias intensas, lo que ha facilitado la propagación de plagas como el fusarium, detectado en Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Veracruz y la huasteca potosina.
Ante este panorama, los cañeros reiteraron su confianza en el respaldo del Gobierno de México para construir soluciones que fortalezcan a un sector que, históricamente, ha sido pilar del desarrollo rural, la generación de empleos y la soberanía alimentaria del país.