Gobierno de México fortalece estrategia agrícola ante reto histórico en producción de maíz blanco

Ciudad de México.– Por primera vez en tres décadas, México enfrenta un desafío sin precedentes en la producción de maíz blanco, base fundamental para la elaboración de masa y tortillas, debido a una severa sequía que ha impactado los campos agrícolas del país. Sin embargo, el Gobierno de México, en coordinación con productores y especialistas del sector, impulsa medidas estratégicas para garantizar el abasto a la población y fortalecer la soberanía alimentaria.

Datos de la Agencia Nacional de Aduanas de México revelan que, entre enero y abril de este año, las importaciones de maíz blanco aumentaron 168 por ciento respecto al mismo periodo de 2024, alcanzando las 316 mil toneladas, superando incluso las 229 mil toneladas importadas durante todo el año pasado. Este incremento responde a un entorno global favorable para las importaciones, caracterizado por una cosecha récord en Estados Unidos y una apreciación del peso frente al dólar, lo cual ha reducido significativamente el costo de importar este grano esencial.

El Gobierno federal ha actuado con responsabilidad para evitar desabasto, asegurando que el maíz blanco requerido para la producción de alimentos básicos continúe fluyendo sin interrupciones, mientras se protegen los intereses de los consumidores y se vigila que no haya afectaciones al precio de la tortilla, un producto esencial en la dieta nacional.

La presidenta Claudia Sheinbaum, a través de las secretarías de Agricultura y de Economía, ha instruido reforzar el diálogo con productores, la industria harinera y comercializadores, para establecer esquemas de acopio, precios de referencia y apoyos directos a los agricultores. Estas acciones buscan mantener la estabilidad del mercado interno y al mismo tiempo apoyar la rentabilidad del campo mexicano.

“México enfrenta una tormenta perfecta”, reconoció Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), al señalar los retos derivados de la caída en la producción, el fallo adverso del panel del T-MEC respecto al maíz transgénico y la presión de las importaciones. A pesar de ello, el Gobierno ha logrado mantener el equilibrio entre el cumplimiento de compromisos internacionales y la protección de la seguridad alimentaria nacional.

De cara al cierre de 2025, se estima que el país importará hasta 650 mil toneladas de maíz blanco para cubrir una demanda de 19 millones 620 mil toneladas, mientras la producción nacional se proyecta en 19 millones 279 mil toneladas. Aunque representa un incremento del 184 por ciento en las importaciones frente a 2024, esta medida es transitoria y estratégica.

El Gobierno de México ha reiterado su compromiso con el fortalecimiento de la productividad agrícola. Para ello, se están promoviendo inversiones en tecnología, sistemas de riego eficientes y el uso de semillas adaptadas al cambio climático. Estas medidas buscan elevar nuevamente la producción nacional a niveles superiores a los 23 millones de toneladas anuales, como se registraban en años previos.

A través del trabajo conjunto entre autoridades, productores y sector privado, el país enfrenta con determinación este momento complejo, reafirmando que el bienestar del pueblo mexicano y la protección de su alimentación son prioridad absoluta.