Gobierno acompaña a comunidades afectadas por lluvias en la sierra norte de Puebla
Francisco Z. Mena, Puebla. Las recientes lluvias torrenciales que azotaron el norte de Puebla y el sur de Veracruz han dejado huellas profundas en diversas comunidades rurales que enfrentan condiciones de aislamiento y vulnerabilidad. Una de las más afectadas es el poblado de La Máquina, ubicado en los márgenes del río Pantepec, donde el desbordamiento de las aguas generó afectaciones sin precedentes.

El Gobierno de México, a través de la Guardia Nacional, ha comenzado labores de auxilio y entrega de víveres, demostrando su compromiso con quienes más lo necesitan. Sin embargo, el acceso sigue siendo complejo por la falta de infraestructura adecuada: el puente que debería conectar a La Máquina con otras localidades permanece inconcluso desde hace 15 años, lo que ha profundizado el aislamiento de la comunidad en esta emergencia.
Desde hace más de una semana, los habitantes carecen de electricidad, agua potable y señal telefónica. Durante la madrugada del pasado jueves, la creciente del río forzó a decenas de familias a abandonar sus casas para refugiarse en el cerro. “Nos fuimos al segundo piso, pero el agua ya iba a entrar, así que subimos al cerro, y ahí seguimos”, relató Anilú Flores, vecina del lugar.
Casos como el de doña Ana, paciente con diabetes que debió cruzar el río en lancha en busca de atención médica urgente, ilustran la precariedad en la que vive esta comunidad. Vecinos se organizaron para cargarla por relevos hasta llegar a una clínica ubicada a ocho kilómetros de distancia.
Los daños materiales son considerables: más de cien viviendas afectadas, cultivos de maíz y árboles de naranja arrasados, aulas escolares cubiertas de lodo, y maquinaria agrícola inutilizable por el agua y el fango. “Nunca habíamos visto algo así”, expresó Cecilia Flores, quien perdió en su bodega todos los insumos para la milpa.
Gracias al esfuerzo comunitario y al apoyo del Gobierno federal, el pueblo recibió despensas y primeros auxilios. Un generador de electricidad, operado con los últimos litros de gasolina disponibles, permitió que se emitiera una llamada satelital que alertó a las autoridades. La respuesta fue inmediata: el domingo, la Guardia Nacional llegó con víveres.
Luis Alberto Tolentino del Ángel, inspector municipal, expresó su gratitud: “Nadie murió, gracias a Dios. Pero necesitamos que los gobiernos nos volteen a ver. Urgen alimentos, medicinas y pañales”. También agradeció la solidaridad de comunidades vecinas como Rancho Nuevo y La Mesa, cuyos pobladores se han organizado para cruzar los ríos y entregar víveres.
Esta situación pone de relieve la importancia de invertir en infraestructura en zonas marginadas. La construcción del puente sobre el río Pantepec sigue siendo una demanda justa y prioritaria para transformar la vida de cientos de familias. El Gobierno de México, consciente de estas necesidades, continuará reforzando las acciones de ayuda humanitaria y evaluación de daños, con el firme compromiso de no dejar a nadie atrás.