Gobernador de Michoacán Rechaza Violencia y Cuestiona Candidaturas Ligadas a Represión Pasada
En una conferencia de prensa reciente, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, se pronunció enérgicamente contra los actos de violencia ocurridos el pasado 5 de abril por parte de un grupo de habitantes de Arantepacua, en el marco de una manifestación que recordaba el séptimo aniversario de un trágico evento en el municipio de Nahuatzen, donde cuatro personas perdieron la vida en 2017. El mandatario estatal aprovechó la ocasión para expresar su inconformidad respecto a la nominación de figuras políticas anteriormente asociadas con acciones represivas como candidatos a cargos de elección popular.
La controversia se centra en la participación de dos personajes clave durante el operativo policial de 2017 en Arantepacua, ejecutado supuestamente para recuperar vehículos retenidos por normalistas de Cherán. Los implicados son el ex gobernador Silvano Aureoles, quien gobernó de 2015 a 2021 y actualmente es candidato a diputado federal por la coalición conformada por el PRI, PAN y PRD; y Juan Bernardo Corona, ex secretario de Seguridad Pública estatal, ahora candidato en Morelia. A pesar de que las autoridades en aquel entonces describieron los hechos como un enfrentamiento, investigaciones posteriores revelaron que las víctimas no estaban armadas y se cometieron numerosos abusos contra los habitantes indígenas.
Ramírez Bedolla, quien evitó mencionar directamente a los candidatos por sus nombres, subrayó la ironía y la incoherencia de que aquellos asociados con un acto de represión de tal magnitud aspiren ahora a representar al pueblo en el gobierno. Esta situación ha exacerbado el descontento entre la comunidad purépecha, cuya indignación se hizo palpable durante la reciente manifestación, que culminó en daños a propiedades y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, el gobernador hizo hincapié en la respuesta mesurada de su administración ante los disturbios, señalando que se recurrió al uso de gases lacrimógenos únicamente como último recurso para evitar mayores altercados. Afirmó que su gobierno se distingue por su compromiso con la no represión y el respeto al derecho de manifestación, siempre dentro de los márgenes del respeto a la propiedad y la paz social.
Esta postura refleja un claro distanciamiento de las tácticas utilizadas en el pasado y subraya la importancia de la justicia y la memoria histórica en la construcción de un futuro más democrático y justo para Michoacán. Con declaraciones como estas, Ramírez Bedolla busca no solo condenar la violencia y la represión, sino también fomentar una reflexión crítica sobre las cualidades y el pasado de aquellos que buscan servir al público desde posiciones de poder.