Francisco Javier Brito Herrera, pilar de la reinserción social en Yucatán, fallece a los 75 años
Mérida, Yuc. — La madrugada de este domingo falleció Francisco Javier Brito Herrera, quien durante casi tres décadas estuvo al frente del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Mérida, consolidándose como una figura clave en el fortalecimiento de un sistema penitenciario más humano y comprometido con la dignidad de las personas privadas de la libertad. Tenía 75 años de edad y su deceso se debió a un infarto agudo al miocardio en su domicilio particular.

Brito Herrera, quien apenas el viernes anterior había participado en el tradicional Vía Crucis organizado en el penal con la activa colaboración de los internos e internas, fue nombrado director del Cereso el 21 de marzo de 1996 por el entonces gobernador Víctor Cervera Pacheco, en un momento crítico para la institución tras un motín que dejó un saldo de cuatro muertos.
Durante casi 30 años, su liderazgo fue refrendado por diversos mandatarios estatales de distintas filiaciones políticas: Patricio Patrón Laviada (PAN), Ivonne Ortega Pacheco (PRI), Rolando Zapata Bello (PRI), Mauricio Vila Dosal (PAN) y el actual gobernador Joaquín Huacho Díaz Mena (Morena), quienes reconocieron su capacidad para mantener la estabilidad y promover políticas de reinserción social.
Brito Herrera impulsó innovadores programas de autoempleo, deporte y educación dentro del penal, fortaleciendo así los procesos de reintegración social de las personas privadas de su libertad. Además, trabajó de manera cercana con la Pastoral Penitenciaria para fomentar la unidad familiar y la esperanza entre los internos.
Su labor fue reconocida a nivel internacional con el Reconocimiento Mundial “Nelson Mandela”, galardón que distingue a quienes promueven sistemas penitenciarios basados en los derechos humanos y el respeto a la dignidad humana.
Además de su extensa trayectoria en el sistema penitenciario, Brito Herrera desempeñó cargos relevantes en otras áreas públicas, como funcionario de la Secretaría de la Reforma Agraria en la Ciudad de México y como Jefe del Departamento de Secundarias en la Secretaría de Educación del Gobierno de Yucatán, siempre demostrando un firme compromiso con el servicio público.
Aunque su gestión no estuvo exenta de señalamientos, nunca se presentaron pruebas concluyentes en su contra, y su permanencia a lo largo de distintas administraciones evidencia el reconocimiento a su trayectoria y su contribución al sistema de justicia en Yucatán.
Hoy, Yucatán despide a un servidor público que dedicó su vida a transformar la realidad de quienes más necesitaban una segunda oportunidad. Su legado en el Cereso de Mérida y su incansable labor a favor de una reinserción humana y efectiva quedarán como testimonio de su compromiso con la sociedad y los derechos humanos.