Francisco: El Papa del pueblo que inspiró con amor y servicio
Este día, el mundo católico y más allá despide con profunda tristeza y gratitud al papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y símbolo de una Iglesia comprometida con los más pobres, la justicia social y el cuidado del planeta. Su fallecimiento, anunciado esta mañana por la Iglesia católica, deja un vacío espiritual pero también un legado luminoso de fe, humildad y cercanía con quienes más sufren.

La Compañía de Jesús en México, orden a la que pertenecía el papa Francisco, destacó que vivió con radicalidad el llamado ignaciano de “en todo amar y servir”. En un mensaje lleno de gratitud, los jesuitas recordaron su testimonio de sencillez, su defensa firme de la casa común y su labor incansable por construir puentes en un mundo de muros, haciendo de su papado un testimonio vivo de amor cristiano y compromiso social.
El pontífice argentino, que eligió el nombre de Francisco inspirado en el santo de Asís, se convirtió en guía espiritual de millones y reformador de estructuras eclesiales, apostando por una Iglesia sin adornos, volcada hacia las periferias y profundamente humana. En palabras de la Compañía de Jesús, su paso por la historia animará por siempre “una fe comprometida y alegre, al estilo de Jesús”.
En México, la noticia ha conmovido profundamente a la comunidad católica. La Arquidiócesis Primada de México convocó a una misa solemne al mediodía en la Basílica de Guadalupe, en honor a quien mantuvo una profunda devoción por la Virgen Morena del Tepeyac. A las 13 horas, las campanas repicarán al unísono en todos los templos de la capital como homenaje al pastor del pueblo.
Carlos Aguiar Retes, cardenal y arzobispo primado de México, ofreció un emotivo mensaje de despedida, evocando los momentos que compartió con el Papa Francisco. “Su palabra clara, su corazón compasivo y su entrega incansable por una iglesia cercana, pobre y misionera, fueron signos vivos del Resucitado en medio del pueblo”, expresó.
Recordó también el constante llamado de Francisco a no olvidar a los más pequeños ni a los más vulnerables, a abrir el corazón ante el clamor de los pobres y a no temerle a las periferias existenciales donde habita el sufrimiento humano. “Su vida fue un evangelio encarnado, una llamada permanente a la conversión, a la fraternidad, a la esperanza y a la sinodalidad”, afirmó Aguiar Retes.
México, nación de profundas raíces espirituales y corazón solidario, despide con amor al papa Francisco. Su legado trasciende credos, su ejemplo nos convoca a la construcción de una humanidad más justa y fraterna, y su memoria vivirá en cada gesto de compasión y servicio.
Descanse en paz el papa del pueblo, el pastor de los humildes, el sembrador de paz.