Francia despliega ayuda urgente en Mayotte tras el devastador paso del ciclón Chido

El archipiélago francés de Mayotte, ubicado en el océano Índico, enfrenta una catástrofe humanitaria sin precedentes luego del paso del ciclón Chido. Con vientos de hasta 220 kilómetros por hora, la tormenta dejó a su paso una estela de destrucción que ha conmocionado a toda Francia. Las autoridades temen que el número de fallecidos podría ascender a varios centenares, acercándose quizás a un millar, o incluso más, según las declaraciones del prefecto François-Xavier Bieuville.

Las imágenes que han emergido de Mayotte muestran escenas desgarradoras: casas reducidas a escombros, árboles arrancados de raíz y líneas eléctricas derribadas. Una de las prioridades de los equipos de rescate es localizar supervivientes y llevar agua y alimentos a las zonas más afectadas. Sin embargo, las labores de rescate son complejas debido a que muchas carreteras están bloqueadas y las zonas de chabolas, donde vive una gran parte de la población, han sido completamente devastadas.

La ministra de Salud, Geneviève Darrieussecq, informó que el principal hospital de Mayotte sufrió daños severos en áreas críticas como cirugía, cuidados intensivos, maternidad y urgencias. Además, muchos centros de salud quedaron inoperativos, agravando aún más la situación sanitaria de este territorio, que ya enfrentaba dificultades estructurales.

En respuesta a la emergencia, el presidente Emmanuel Macron convocó a una reunión de crisis en París para coordinar la ayuda, mientras que el ministro del Interior, Bruno Retailleau, viajó personalmente a Mayotte para supervisar las tareas de rescate y reconstrucción. “Estas labores nos tomarán días y días”, afirmó Retailleau, destacando la magnitud del desafío.

El ciclón Chido es otro ejemplo devastador de los efectos del cambio climático, como señalaron expertos del servicio meteorológico Météo France. François Gourand explicó que las aguas excepcionalmente cálidas del océano Índico aumentaron la fuerza de este fenómeno, convirtiéndolo en un ciclón de magnitud “excepcional”.

Las consecuencias del ciclón incluyen también el corte de electricidad y de las comunicaciones, así como graves daños en el aeropuerto local. La falta de suministro de agua potable, que ya era un problema recurrente en Mayotte, ahora se ha convertido en una emergencia crítica. Esta situación afecta especialmente a los habitantes de los barrios de chabolas, que representan aproximadamente un tercio de la población y cuyas viviendas precarias no pudieron soportar la furia de la tormenta.

El alcalde de la capital, Mamoudzou, Ambdilwahedou Soumaila, describió la situación como una “devastación total”. “El hospital está destrozado, las escuelas también. Las casas están totalmente devastadas”, declaró. Por su parte, residentes como Ibrahim hablaron de “escenas apocalípticas” mientras intentaban abrirse paso por caminos bloqueados y despejar escombros con sus propias manos.

La crisis se agrava por la difícil situación social de Mayotte, el departamento más pobre de Francia, donde la inmigración irregular procedente de las vecinas islas Comores complica el censo de población y la distribución de ayuda. Aunque oficialmente se registran 320 mil habitantes, se estima que hay entre 100 mil y 200 mil personas más, muchas de ellas sin documentación y temerosas de acudir a los refugios por miedo a ser deportadas.

En medio de esta tragedia, el gobierno francés ha desplegado cientos de efectivos de seguridad y un avión con tres toneladas de material médico, sangre para transfusiones y 17 médicos especializados. La isla de La Reunión se ha convertido en el centro de operaciones para coordinar las labores de rescate y ayuda humanitaria.

La nación francesa se mantiene en vilo mientras Mayotte, azotada y vulnerable, enfrenta una de las peores catástrofes de su historia reciente. La solidaridad y la pronta intervención son claves para reconstruir un territorio devastado por la furia del ciclón Chido.